Paso 1: ¡Dile adiós a la microgestión! 🚀
Lo que no debes hacer: Estar encima de cada tarea, dar instrucciones exhaustivas o corregir hasta el más mínimo detalle.
Lo que debes hacer: Confía en las habilidades de tu equipo. Como líder, tu rol es guiar, no controlar. Piensa en ti como un director de orquesta: cada músico (miembro del equipo) tiene su instrumento (habilidades y talentos) y sabe cuándo y cómo tocar. Tú no tocas todos los instrumentos, pero sí aseguras que todos toquen conjuntamente de forma armónica.
_¡Hazlo como si fueras un capitán de barco! El capitán no maneja el timón todo el tiempo; da las órdenes y confía en su tripulación para navegar el barco.
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Paso 2: Define objetivos claros y luego… ¡relájate! 🌟
Lo que no debes hacer: Controlar el cómo en cada paso del proceso. Si cada miembro del equipo tiene la misma visión, el camino puede variar, pero el destino será el mismo.
Lo que debes hacer: Establece metas claras y deja que cada persona decida cómo llegar a ellas. Un buen líder sabe que el equipo puede encontrar caminos diferentes, ¡y eso es lo emocionante! Mientras todos estén alineados con el por qué y el qué, cada uno puede aportar su propio estilo de trabajo.
Imagina que tus colaboradores son exploradores y tú eres el guía. No les vas a decir qué botas usar ni cómo deben atravesar el río. Pero sí debes asegurarte de que todos estén en la misma ruta hacia el mismo destino.
Paso 3: Escucha más, habla menos 🧠💬
Lo que no debes hacer: Hablar todo el tiempo y tomar todas las decisiones por el equipo.
Lo que debes hacer: Practica la escucha activa. El liderazgo no es solo decir qué hacer, sino también aprender de las ideas, sugerencias y experiencias del equipo. Fomentar un ambiente en el que las personas se sientan cómodas compartiendo sus pensamientos puede abrir puertas a soluciones innovadoras.
¡Hazlo como un DJ! En lugar de poner siempre la misma canción (tus ideas), abre el micrófono para que otros pongan su música. El equipo tiene un repertorio que puede sorprenderte.
Paso 4: Acepta que los errores son parte del proceso (y no un desastre apoteósico) 💥
Lo que no debes hacer: Reaccionar con pánico cada vez que algo sale mal.
Lo que debes hacer: Cambia tu mentalidad. Los errores no son fracasos, sino oportunidades para aprender. Si estás constantemente en modo “¡Esto está mal, corrijámoslo ya!”, el equipo nunca se sentirá cómodo tomando riesgos ni innovando. En cambio, adopta una actitud positiva y constructiva: “¡Vaya, eso no salió como esperábamos, pero ahora sabemos qué no hacer!”
¡Imagina que eres un científico loco! Cada error es un experimento, y si algo no funciona, lo anotamos y seguimos con el siguiente intento. ¡La ciencia avanza así!
Paso 5: Fomenta la autonomía y el empoderamiento 💪
Lo que no debes hacer: Decidir por todo y dar todas las respuestas.
Lo que debes hacer: Fomenta la autonomía dentro de tu equipo. Empoderar a las personas significa darles espacio para tomar decisiones. No necesitas controlar cada aspecto, solo asegurarte de que cada miembro del equipo tenga el conocimiento y las herramientas para actuar por su cuenta. ¡Un equipo autónomo es más fuerte!
¡Sé un entrenador de fútbol! No puedes jugar el partido por ellos, pero puedes entrenarlos para que tengan las habilidades necesarias. Si los jugadores sienten confianza en sí mismos, ¡el equipo entero brillará!
Paso 6: Celebra los éxitos y las pequeñas victorias 🎉
Lo que no debes hacer: No reconocer los logros del equipo por estar demasiado centrado en el control de lo que viene después.
Lo que debes hacer: Celebra, aunque sea un pequeño logro. ¡El reconocimiento es clave! Esto fomenta un ambiente positivo y colaborativo. Un equipo motivado es un equipo que da lo mejor de sí mismo, ¡y eso es lo que buscas como líder!
¡Convierte las victorias en fiestas! Haz de cada éxito un pequeño carnaval de celebración. No tienes que ser un animador, pero una sonrisa o un reconocimiento público de los logros de tu equipo nunca está de más.
¡Y listo! 🌟
Si sigues estos pasos, estarás en el camino para ser un líder más equilibrado y menos obsesionado con el control. Al final del día, lo más importante no es controlar todo, sino construir un equipo que confíe en sí mismo y que esté dispuesto a trabajar de forma colaborativa. ¡Eso es lo que hará que tu liderazgo brille!
El reto más grande que he enfrentado como líder de un equipo creativo en una empresa de medicina funcional ha sido lograr que los médicos comprendan y respeten el proceso creativo que implica el desarrollo de ideas innovadoras en este campo. La medicina funcional, con su enfoque basado en la evidencia científica, tiene un ritmo y una mentalidad muy estructurados. Los médicos están acostumbrados a trabajar con protocolos, datos y resultados medibles, mientras que el proceso creativo es mucho más fluido, intuitivo y experimental.
El curso ha enfatizado la importancia de adaptar la comunicación según el interlocutor.también me ha ayudado a desarrollar una mayor empatía hacia los miembros del equipo, Como líder, he aprendido a reconocer las preocupaciones de los médicos y a abordarlas con paciencia y respeto. A veces, el equipo creativo puede ser percibido como “arriesgado” o “poco práctico”, y a través de este curso, he aprendido técnicas para involucrar a los médicos en el proceso creativo desde el principio, haciéndolos sentir que sus aportes son importantes y que sus preocupaciones están siendo tomadas en cuenta.