Paso a paso para delegar tareas con efectividad
Identifica qué tareas se pueden delegar
Antes de delegar, evalúa tus responsabilidades y define cuáles no requieren tu intervención directa. En general, puedes delegar:
• Tareas repetitivas.
• Actividades operativas que otros ya dominan.
• Proyectos que ayuden a desarrollar nuevas habilidades en tu equipo.
Ejemplo: si revisas informes todos los lunes, puedes asignar esa tarea a alguien que desee mejorar su análisis de datos.
Elige a la persona adecuada
Ten en cuenta:
• Conocimientos y habilidades actuales.
• Interés en crecer profesionalmente.
• Carga laboral actual.
Evita delegar siempre al mismo colaborador “porque lo hace bien”. Repartir equitativamente fortalece al equipo completo.
Define el objetivo con claridad
Explica qué esperas exactamente, para cuándo y con qué criterios de calidad.
• Usa verbos concretos: “entregar un informe con 3 propuestas”, “responder correos en menos de 24 horas”.
• Aclara lo que no debe pasar por alto.
Entrega los recursos y el contexto
No asumas que la otra persona ya lo sabe todo. Asegúrate de compartir:
• Archivos, enlaces o plantillas necesarias.
• Qué se ha hecho antes y por qué se está haciendo ahora.
• A quién acudir si surge una duda.
Da seguimiento sin microgestión
Confía, pero acompaña.
• Establece checkpoints breves (“¿cómo vas con X?”).
• Usa preguntas abiertas para escuchar sin invadir.
Tip: Un mensaje por Slack a mitad del proceso es más eficiente que pedir un informe innecesario.
Retroalimenta y reconoce
Al finalizar:
• Destaca qué se hizo bien y por qué.
• Da una sugerencia de mejora puntual.
• Agradece. Eso refuerza el compromiso.