- Escuchar antes de actuar
Tener reuniones uno a uno con cada persona practicando la escucha activa y teniendo como prioridad la empatía, respaldo y claridad. Preguntar más que hablar y mostrar interés genuino por lo que piensa el equipo sobre sus roles, su motivación y frustraciones. Dar seguimiento continuo para evitar generar incertidumbre, al contrario, dar claridad y afianzar la confianza con cada uno de los integrantes. - Identificar fortalezas individuales
Observar y registrar qué hace bien cada integrante del equipo. Esto permite asignar tareas alineadas con las habilidades de cada quien y empoderarlos en sus áreas fuertes. Esto no quiere decir que no se puede plantear nuevas áreas o actividades, sin embargo, es fundamental tener un proceso de aprendizaje y experiencia para que se puedan desempeñar de la mejor manera y a la vez se sientan cómodos. - Construir un propósito compartido
Proponer y facilitar espacios para tener conversaciones en donde se responda en conjunto: ¿Por qué existe este equipo? ¿Qué impacto queremos lograr? ¿Cómo podemos mejorar nuestras debilidades? ¿Cómo podemos afianzar nuestras fortalezas? Tener un propósito claro une más que cualquier tarea y es fundamental darle seguimiento y que esté alineado a los objetivos individuales de los integrantes del equipo. - Definir reglas y acuerdos comunes
En complemento a un plan y visión de equipo, se requiere establecer acuerdos como equipo sobre cómo se quieren comunicar, resolver conflictos y tomar decisiones. Estas normas compartidas evitan malentendidos y promueven el respeto. Es importante establecer limites y reglas, sin embargo, también se requiere tener un plan de acción para manejar situaciones en donde por alguna razón alguno de estos acuerdos planteados se incumpla. - Fomentar la comunicación directa
Una vez se plantean metas y acuerdos, es fundamental motivar a que los miembros del equipo hablen entre sí sin necesidad de pasar todo por el líder. Esto fortalece la autonomía y reduce cuellos de botella. Es fundamental anteponer la sinceridad y generar confianza entre cada uno de los integrantes del equipo. Para ello se pueden plantear estrategias para promover el apoyo entre integrantes y fortalecer su relación interpersonal. - Brindar autonomía y visibilidad
Conforme los integrantes del equipo se desarrollan es muy valioso promover espacios donde se permita que diferentes personas lideren reuniones, ejecuten procesos o representen al equipo. Esto desarrolla nuevas habilidades técnicas (van a obtener y mejorar sus habilidades a nivel laboral) y genera empatía entre los miembros (se darán cuenta de los retos a los que se enfrentan otras personas del equipo). - Aprender en conjunto
Organizar sesiones breves de formación o discusión sobre temas relevantes, esto es importante para evitar estancamientos tanto en aprendizaje como en ejecución de procesos dentro de la empresa. Por otro lado, capacitarse de manera individual y como equipo fortalece el sentido de comunidad y mejora el desempeño colectivo. - Celebrar las pequeñas victorias
Reconocer pública y constantemente los logros, incluso los más pequeños. Crear espacios donde se puedan destacar los avances diarios o semanales de cada persona. Esto no solo es útil para incrementar el bienestar de los integrantes del equipo si no que nos puede ayudar a llevar un seguimiento del desarrollo en diferentes áreas laborales del integrante del equipo. - Solicitar feedback como líder y generar uno grupal
Pedir retroalimentación abierta o anónima sobre el propio liderazgo. Preguntar qué se debería empezar, continuar o dejar de hacer; y principalmente intentar mejorarlo para respaldar a los integrantes del equipo. Esto demuestra humildad y apertura al cambio. De la misma manera, es importante generar autoevaluaciones donde se validen el progreso de las metas planteadas a nivel individual y como equipo. - Crear espacios humanos
Reservar momentos para compartir anécdotas, intereses o experiencias personales que no involucren los temas laborales. Conocer a las personas más allá del rol técnico crea vínculos reales y mejora la colaboración. También se pueden incorporar dinámicas cortas dentro del día a día laboral, como un tema o pregunta semanal del que hablar al iniciar una reunión o al finalizar la jornada.
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