Durante este proceso formativo, he fortalecido mi capacidad para mantener la calma y medir mis palabras en situaciones de alta tensión, particularmente en aquellos momentos en los que las circunstancias o las interacciones han puesto a prueba mi paciencia. Asimismo, he adquirido la habilidad de establecer límites y decir “no” de manera asertiva cuando las condiciones lo requieren, comprendiendo la importancia de gestionar adecuadamente el tiempo y los compromisos asumidos.
Uno de los desafíos más significativos ha sido interactuar con personas de perfiles, estilos y cualidades diversas. Reconocer esas diferencias, comprender sus particularidades y orientar los esfuerzos hacia un objetivo común constituye una labor constante que exige empatía, adaptabilidad y liderazgo. Este aprendizaje continuo contribuye no solo al fortalecimiento del trabajo en equipo, sino también al desarrollo de competencias personales y profesionales orientadas al logro de resultados organizacionales.
Curso de Liderazgo para Equipos de Trabajo
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