Hay veces que tener claro a donde quieres ir no es suficiente, o mejor dicho, nunca lo es. Nunca tendremos la claridad suficiente para avanzar con seguridad, porque los planes siempre tenderán a fallar, siempre buscando una respuesta que indique cual es el sentido de las cosas. Pero realmente ¿Qué es lo que provoca ese sentido de respuesta? Pienso que no es el hecho de percibir una atracción hacia un problema, sino mas bien desarrollar la necesidad del mismo. Desarrollamos una dependencia que parte de un trasfondo tanto cultural como biológico que permite anticipar a través del tiempo la influencia de cualquier problema sobre nosotros mismos.
Dentro de este curso de “Liderazgo para Equipos de Trabajo” me he dado cuenta que nadie esta preparado para liderar, no es algo que desde mi punto de vista priorice la educación tradicional, porque no solo se trata de tomar decisiones. Liderar en un problema que partiendo desde la premisa anterior se vuelve fundamental en cualquier ámbito; tanto para el desarrollo profesional como personal; y en este aspecto es donde se encuentra la brecha de la ignorancia.
La pertenencia a este lugar se vuelve imperceptible y se extiende a lo largo del tiempo, se desarrolla en el sujeto el conocimiento falaz sobre si mismo, volviéndose vulnerable a las realidades corrientes y aparentadas de los demás. Por ende el mayor reto para todos o a menos para mi ha sido la capacidad de autoliderazgo… Yo se que aún no estoy preparado pero una vez alguien me conto: “Nadie nace sabiendo que”
Este curso brinda algo muy especial y es la reflexión al final de cada clase; la caja de herramientas esta dentro pero saber usar cada una de ellas se vuelve responsabilidad de uno mismo.