19 de septiembre del 2017. Los astrobiólogos de la NASA dicen que hay que reconocer que la vida en Encelado u otros cuerpos de extraterrestres puede haberse originado por un proceso muy diferente al proceso por el cual la vida surgió en la Tierra. Por otra parte, la vida extraterrestre puede tener su origen en la misma forma que la vida terrícola, pero no evolucionan tan rápido o tan lejos como la biosfera terran (vídeo de entrevista abajo).
Por ejemplo, si aceptamos el “mundo de ARN” como parte de un modelo para la historia natural de la Tierra, las visitas a la biosfera en la Tierra primitiva no habrían encontrado proteínas codificadas, y los ácidos grasos, posiblemente, no crearían cadenas lineales.
Lo mismo podría estar sucediendo en Europa o Encélado hoy en día, aunque la vida no comenzó de la misma manera como la vida en la Tierra, si la evolución de las estructuras moleculares en esas biosferas extraterrestres no ha progresado tan rápido o tan lejos como la biosfera terran, o ha progresado en diferentes direcciones.
Para los astrobiólogos, Encelado ofrece un fácil acceso a un potencial de biosfera del subsuelo a través de la intermediación de una columna de agua que emerge directamente en el espacio. Una pregunta directa sigue: Si tuviéramos que recoger una muestra de este penacho, lo que exista en esa muestra, sugeriría la presencia y / o ausencia de la vida en este lugar exótico?
El Astrobiólogo Steven Benner propone una firma biológica universal que podría ser utilizada para detectar la presencia de un sistema biológico que se somete a la evolución darwiniana, como podría ser encontrada en Encelado u otros mundos oceánicos. Propone una característica particular, sobre la base de la estructura del material genético que se encuentra en la vida terrestre, que debe estar presente en cualquier biopolímero genético independientemente de la química subyacente.
Siendo fundamental para establecer el campo de la paleogenética, Benner ha trabajado con la NASA para desarrollar detectores de materiales genéticos alienígenas, usando la definición de vida desarrollada por el Grupo de Trabajo de exobiología de la NASA en 1992, “un sistema químico autosostenible capaz de la evolución darwiniana”.
Para el astrobiólogo, Encelado ofrece una “Gimmie,” una columna de agua que emerge de un subsuelo salado, océano orgánicos-vinculados, en contacto con un núcleo rocoso, en un objeto extraterrestre que no requiere de aterrizaje para recoger las muestras. Esto hace especialmente necesaria la pregunta: ¿Qué debemos buscar en esta columna por medio de moléculas que podrían indicar si ese océano contiene vida de algún tipo?
Como alternativa, podríamos preguntar qué moléculas existen, a través de su ausencia, sugerir la presencia o ausencia de la vida en el océano de Encelado, Estas preguntas pueden ser generalizados para cubrir la vida en cualquier entorno acuoso, de los cuales se conocen en el sistema solar muchos [por ejemplo, Europa y asteroides, así como la Tierra y Marte probablemente]. Los sistemas extraños extrasolares pueden también ser conocidos antes de mantener muchas de estas lagunas.
Más en general, hay que preocuparnos, dice Benner, acerca de la posibilidad de que incluso si las proteínas similares a las de la tierra, ácidos nucleicos, y lípidos se encuentran en la biosfera que nos encontramos en Encelado, Europa, o cualquier otra laguna de agua extraterrestre, podrían ser construidos a partir de componentes distintos a los encontrados en los biopolímeros análogos hoy en la Tierra. Varios conjuntos alternativos de componentes para las proteínas y los ácidos nucleicos fueron recientemente propuestos por Rezzonico, junto con el uso potencial de los dispositivos basados ??en nanoporos para detectarlos (Sarathy et al., 2017).
Las respuestas más directas a cualquiera de todas estas preguntas, por supuesto, son “No sabemos”. Sin embargo, los experimentos en el campo de la biología sintética en las últimas tres décadas ofrecen algunas sugerencias sobre cómo podemos proceder.