Los KPI (Key Performance Indicators) son una herramienta fundamental para medir el éxito de cualquier proyecto o negocio, ya que permiten medir su desempeño y tomar decisiones informadas. Sin embargo, la medición de KPI no es una tarea fácil, y puede haber situaciones en las que sea necesario cambiar la medida del KPI.
En este artículo, exploraremos los posibles problemas y retos que pueden surgir al cambiar la medida del KPI. También abordaremos la pregunta de si tener dos mediciones del KPI puede generar un sesgo en los datos.
Uno de los problemas más comunes al cambiar la medida del KPI es la falta de comparabilidad con mediciones anteriores. Si se han estado midiendo los resultados de un proyecto utilizando un KPI específico, cambiar la medida puede hacer que no se puedan comparar los resultados anteriores con los nuevos. Esto puede dificultar la toma de decisiones informadas y la evaluación del éxito del proyecto.
Por ejemplo, si una empresa ha estado midiendo el éxito de su sitio web utilizando el número de visitantes únicos como KPI, pero luego decide cambiar a medir el tiempo que los visitantes pasan en el sitio, puede ser difícil comparar los resultados anteriores con los nuevos. Si el nuevo KPI muestra que los visitantes pasan más tiempo en el sitio, la empresa puede considerar que el sitio web ha mejorado, pero si no se pueden comparar los resultados anteriores, no se puede determinar si la mejora es real o simplemente un artefacto de la nueva medida del KPI.
Otro problema es la resistencia al cambio por parte de los empleados y los stakeholders. Si se ha estado midiendo una métrica específica durante mucho tiempo, puede haber una resistencia natural al cambio. Los empleados pueden sentir que sus esfuerzos anteriores no se valoran y que se está cambiando el juego de forma injusta. Por lo tanto, es importante comunicar claramente los motivos del cambio y sus beneficios para la empresa.
Por ejemplo, si una empresa decide cambiar su KPI de ventas totales a ventas por cliente, los empleados pueden sentir que se les está pidiendo que hagan más trabajo para el mismo salario. Sin embargo, si se comunica que el cambio en el KPI permitirá a la empresa enfocarse en clientes más rentables y aumentar la satisfacción del cliente, los empleados pueden ver el cambio como un paso positivo para la empresa.
Además, el cambio en la medida del KPI puede generar nuevos desafíos. Si la nueva medida no se ajusta adecuadamente a los objetivos y metas de la empresa, puede ser difícil obtener los resultados deseados. También puede ser difícil determinar qué cambios en el negocio o en el mercado han afectado los resultados, ya que los cambios en la medida del KPI pueden dificultar la identificación de las causas de los cambios.
Por ejemplo, si una empresa decide cambiar su KPI de cantidad de ventas a porcentaje de retención de clientes, puede ser difícil determinar si una disminución en el porcentaje de retención de clientes se debe a un problema en el servicio al cliente o a un problema en el producto. La empresa puede necesitar realizar más análisis para determinar la verdadera causa del cambio en los resultados.
En cuanto a tener dos mediciones del KPI, puede generar un sesgo en los datos. Si se están midiendo dos métricas diferentes, es posible que se estén midiendo factores diferentes que afectan los resultados. Por lo tanto, puede ser difícil comparar los resultados de ambas mediciones y determinar la verdadera causa de cualquier cambio en los resultados.
Por ejemplo, si una empresa decide medir tanto las ventas totales como las ventas por cliente, puede ser difícil determinar si un aumento en las ventas totales se debe a un aumento en el número de clientes o a un aumento en las ventas por cliente. La empresa puede necesitar realizar más análisis para determinar qué métrica es la más relevante para su negocio.
En conclusión, cambiar la medida del KPI puede ser necesario para adaptarse a los cambios en el mercado o en la empresa, pero también puede generar problemas y retos. Es importante comunicar claramente los motivos del cambio y sus beneficios, y asegurarse de que la nueva medida se ajuste adecuadamente a los objetivos y metas de la empresa. Además, es importante tener en cuenta los posibles sesgos en los datos al utilizar dos mediciones del KPI. Las empresas deben ser conscientes de los desafíos que pueden surgir al cambiar la medida del KPI y estar preparadas para abordarlos de manera efectiva.
Es esencial recordar que la medición de KPI es una tarea continua, y es importante revisar regularmente las métricas utilizadas para asegurarse de que sigan siendo relevantes y proporcionen información valiosa para la empresa. Al hacerlo, se pueden evitar muchos de los problemas y retos asociados con el cambio de medida del KPI.
En resumen, el cambio en la medida del KPI puede ser una oportunidad para mejorar el desempeño de una empresa o proyecto, pero también puede presentar desafíos. Al comunicar claramente los motivos del cambio, involucrar a los empleados y stakeholders, y realizar un análisis detallado de los resultados, las empresas pueden asegurarse de que el cambio en el KPI sea efectivo y beneficioso.