¿Te has preguntado cómo algunas personas logran grandes cambios en su vida? La actitud tiene mucho que ver en las situaciones que requieren un comportamiento asertivo y que potencian tu crecimiento profesional, lo que te lleva a alcanzar tus objetivos. Pero, ¿qué significa contar o tener una actitud frente a tu vida?
La actitud es el comportamiento que adapta una persona ante ciertas situaciones de su vida, por lo general, con la intención de alcanzar el éxito profesional.
¿Y qué es lo que determina tu éxito profesional? La actitud personal es la que te lleva a lograr tus objetivos. No basta con que seas eficiente y eficaz en la tarea que desarrollas; tu éxito tiene que ver también con los comportamientos que asumas en el entorno familiar, laboral, académico y social. Eso pasa cuando logras alinear tus intereses personales y profesionales bajo conductas que no solo son aceptadas socialmente sino que cultivan tu crecimiento personal.
Nuestro camino profesional es una constante vivencia, son múltiples las situaciones frente a las cuales debemos sentar una posición, decidir o actuar. Esas actuaciones y decisiones llevan a que afloren en nosotros y en quienes nos rodean toda clase de emociones y sentimientos:
Es en este momento donde vas a tener que corregir o reevaluar lo negativo y potencializar aquello que te aporta positivamente, y viene un componente adicional: no estamos solos, interactuamos con otras personas, por lo cual debemos comunicarnos y hacerlo con asertividad. Así que antes de pasar a hablar de las actitudes, vamos a detenernos a hablar de la comunicación asertiva.
La comunicación asertiva es sencillamente la capacidad de expresar lo que sientes, piensas o necesitas de una manera adecuada, con respeto, sin vulnerar los valores y sentimientos de las personas que te rodean.
Cuando somos asertivos no es difícil aceptar la razón de otros y ofrecer excusas cuando hemos actuado equivocadamente. No es complicado reevaluar los comportamientos que malogran la armonía familiar o laboral y hasta recibimos con agrado las críticas y agradecemos por ello.
Recuerda que la comunicación no sólo es verbal, también está en lo que escribes y cómo lo escribes, tus movimientos y gestos. Todas estas son manifestaciones que impactan positiva o negativamente tu relación con las personas. Expresa tu sentir, acepta el sentir de las personas y esfuérzate por comprender su perspectiva. ¡Asume siempre lo mejor de las personas!
Ahora sí, pasemos a las actitudes que como patrón de comportamiento nos ayudan a ser personas que alcanzan metas.
Piensa en ese gran sueño y ahora divídelo en una lista de actividades y tareas de corto y mediano plazo. No olvides hacer seguimiento y control a esa lista de tareas; verás cómo poco a poco se van forjando los cimientos y tu proyecto va madurando hasta ser un sueño hecho realidad.
Se trata de actuar conforme a las actividades que te has propuesto, con pasión por hacer las cosas bien, a tiempo, con la convicción de saber reconocer los errores y corregirlos rápidamente. Ten claro lo que has hecho y lo que falta. No olvides que asumir riesgos calculados también es actuar.
Te vas a encontrar con dificultades y obstáculos, ¡persevera! Rendirse nunca será una opción, aférrate a lo que ha motivado ese gran sueño y mira cómo has avanzado en tu lista de tareas, notarás cómo esa meta cada vez está más cerca. Si esos obstáculos los conviertes en pequeños retos nada te va a detener.
Toda situación por desagradable que sea siempre, siempre dejará una enseñanza y traerá algo positivo a tu vida, a tu proyecto, a tu meta u objetivo. Quejarse no es una salida, la capacidad de ver y aprovechar lo positivo se convierte en una gran oportunidad de crecimiento y aprendizaje constante.
Maneja tu tiempo, que no sea el tiempo el que te maneje a ti. Ahora que tienes una meta clara y una lista de tareas, prioriza, dedícale y calcula el tiempo necesario a cada tarea, prevé los recursos necesarios para lograrlo, concéntrate y evita las distracciones. Finalmente, evalúa y analiza los avances y retrasos.
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Confianza en ti mismo es tener la plena seguridad de que eres capaz de lograr lo que te propones. Tener miedo es natural y cuando se es consciente de estos temores es más fácil superarlos. Apóyate en tus fortalezas y busca constantemente capitalizar tus talentos. El éxito es un conjunto de muchos factores, puede ser temporal o sencillamente la reunión de pequeños triunfos, no es definitivo.
Lo importante es enfocarte en el componente personal que va a hacer posibles grandes logros. Eres una persona de éxito cuando eres capaz de lograr metas; cuando tienes la satisfacción de ser el mejor en lo que haces aún asumiendo riesgos; cuando has superado tus miedos; cuando antes de llegar a tu gran meta, ya tienes otras por alcanzar.
¿Cuál es tu gran meta? Cuéntanos en los comentarios.