Hoy en día existen un montón de herramientas que nos ayudan a facilitar el desarrollo de aplicaciones web. Por ejemplo, del lado del Frontend, ESLint nos ayuda a escribir código limpio, React y Vue nos ayudan a crear interacciones, con Webpack y Babel tenemos la capacidad de usar las últimas características de Javascript sin afectar la velocidad y eficiencia. Sin embargo, no sólo en el Frontend existen este tipo de herramientas, también en el Backend podemos encontrar herramientas que nos serán de mucha ayuda al desarrollar aplicaciones, un ejemplo de esto es el Backend as a Service.
Una plataforma de Backend as a Service (BaaS) nos permite conectar aplicaciones web o móviles a servicios de backend sin la necesidad de escribir código del lado del servidor. Algunos de estos servicios llevan ya un tiempo existiendo, sin que exista todavía a un favorito claro. Parse fue uno de los primeros en la industria, pero Facebook terminó cerrando su plataforma de desarrollo. Firebase fue adquirido por Google y va poco a poco creciendo. MongoDB hace algunas semanas anunció Stitch, su propio BaaS.
La realidad es que existe una gran cantidad de opciones, sin embargo, el objetivo y las ventajas principales en cada una de estas alternativas son las mismas. La ventaja principal es que al no tener un servidor personalizado, no tenemos que desarrollar uno. Esto puede hacer que el equipo de desarrollo se concentre más en la lógica básica o en la experiencia de usuario, además de que no necesita tener conocimiento en el lenguaje del servidor.
Por otro lado, el propósito de un servidor en muchas ocasiones termina siendo conectar al cliente con los datos, el Backend as a Service evita la necesidad de escribir todo este código.
A pesar de que todo parece ser maravilloso utilizando Backend as a Service, antes de pensar en migrar a este servicio deberías tener en cuenta algunas consideraciones. Si lo más importante en tu proyecto es la velocidad de desarrollo, entonces el Backend as a Service es tu opción. Por otro lado, si lo que realmente te importa es el rendimiento y la escalabilidad, es mejor que optes por construir tu propio servidor. Esto quiere decir que el Backend as a Service es genial para construir un MVP o una aplicación ligera, pero si lo que quieres es crear una aplicación bien definida y compleja es mejor un servidor personalizado.
Además, si tu aplicación requiere integración de servicios de terceros, es posible que necesite la flexibilidad de un servidor propio para realizar su propia lógica de implementación personalizada en lugar de restringirse a utilizar un BaaS.
En conclusión, el Backend as a Service es una tendencia que seguramente se irá haciendo más y más popular con el pasar del tiempo. Es una gran opción para proyectos que requieren desarrollarse con velocidad, ya que evita la necesidad de escribir la lógica del servidor y de implementar lo que escencialmente equivale a un API REST.