De repente al pensar en la palabra estrategia, pueden venir a la mente cosas complejas, de alto costo y quizá, con un poco de burocracia. Es posible que sea así en algunas empresas, pero cuando me hacen esta pregunta siempre empiezo por decir que debemos empezar celebrando pequeñas victorias o como se usa en el argot organizacional: “Quick Wins”. Al referirnos a estos “pequeños triunfos” incluimos aquellas acciones rápidas y que generan impacto.
Por otra parte, me gusta aclarar que no podemos aprender a correr si antes no sabemos caminar, es decir, antes de pensar en crear una estrategia de diversidad e inclusión (D&I) debemos cuestionarnos primero si somos una empresa que cumpla al menos con los requisitos mínimos de ley, en cuanto a jornadas, salarios justos, prácticas de seguridad laboral y bienestar, entre otros.
De lo contrario, los esfuerzos que hagamos carecen de credibilidad ante los diferentes grupos de interés y, por ende, no serían sostenibles. Hablar de diversidad e inclusión es hablar de derechos humanos y si no cumplimos con lo mínimo que establece la ley, ¿cómo vamos a poder avanzar en otros temas?
Claro está que hay diversos niveles o estados de madurez en las empresas, hay quienes nacieron como una empresa diversa e inclusiva, hay otras que tuvieron que empezar a entender para luego actuar, hay quienes ven y se hacen de la vista gorda y otras que son ciegas aún. Sea cual sea el nivel de madurez en la que está tu empresa, es importante considerar que establecer una estrategia de diversidad e inclusión debe ir más allá de un tema filantrópico y mucho más allá de las buenas intenciones.
Tener la intención es un primer paso, pero para poder convertirnos en organizaciones inclusivas, debemos contar con prácticas laborales que se concreten en la cotidianidad. Es así como se forma eso que llamamos “cultura organizacional”.
Puede resultar abrumador tener la intención y no saber por dónde empezar. Aquí te comparto 5 aspectos que puedes considerar. A mí me funcionó y espero que a ti también.
Para finalizar te quiero dejar mi miniteoría de las 3C para crear cambios organizacionales: coherencia y constancia para lograr confianza.
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