Te propondría: la inclusión es un mecanismo para resolver problemas estructurales de la sociedad, para ampliar nuestras perspectivas y capacidades colectivas e individuales, e incluso, se configura como un modelo de negocio, en el que se le da cabida a todo lo diverso, que es todo ¿Te sucede que cuando escuchas la frase “incluir la diferencia” piensas en comunidades étnicas, “minorías”, personas sexualmente diversas o personas con alguna condición de discapacidad?
Esta es una parte fundamental de un gran iceberg, pero la inclusión es un asunto bastante más complejo, un verdadero desafío para la inteligencia que implica procesos de autorreflexión, de hacernos preguntas incómodas, implica desaprender para darnos cuenta de que, en efecto, sí hay personas que consideramos como una amenaza, que creemos inferiores en capacidades y en derechos o no merecedoras de las mismas oportunidades.
Las personas migrantes, las personas que históricamente se nos han mostrado como pertenecientes a una “raza”, las personas LGBT+, principalmente transexuales, las personas que se sienten identificadas con una ideología -independientemente de cuál sea- e incluso las más jóvenes por algunas de sus prácticas, son hoy víctimas de una discriminación inverosímil.
Te puede interesar: ¿Por qué importa la diversidad?
En parte, la discriminación y la exclusión surgen de estrategias políticas en la que grupos sociales, colectividades, personas diversas o comunidades étnicas han sido responsabilizadas de problemas estructurales de las sociedades con los que nada tienen que ver. Lo sorprendente de estas viejas estrategias es que aún hoy continúen funcionando.
Las acciones más absurdas de la humanidad como el Holocausto Judío y los genocidios de Armenia, Camboya y Ruanda, la persecución a la población rumana, kurda y palestina, la esclavización, entre muchos otros ejemplos, son producto de la discriminación, del atribuir a grupos sociales las consecuencias de pésimas decisiones políticas y económicas -la guerra una de ellas-.
¿Te parecen ejemplos un poco exagerados? Si te das cuenta, hoy en nuestros países hay millones de personas que se han visto obligadas a abandonar sus lugares de origen por muy distintas razones -que casi siempre están relacionadas con la exclusión-, y en los lugares de llegada se les atribuyen responsabilidades sobre problemas que siempre han existido.
Personas transexuales, por ejemplo, salen de pequeños territorios en los que se les acusa de corromper y propagar la inmoralidad, para llegar a grandes urbes donde se encuentran con una situación aún peor. Ocurre algo similar con las migraciones masivas, esperamos ser bien acogidos en los países desarrollados a los que migramos, pero tenemos todas las prevenciones con los y las migrantes que llegan a los nuestros.
¿Sabías que Barack Obama es hijo de un keniata, Donald Trump nieto de un migrante alemán e hijo de una escocesa y los padres de la vicepresidenta de los Estados Unidos son de la India y de Jamaica? Este gran imperio económico ha logrado serlo en buena parte por su gran multiculturalidad, que le permite llegar con su cultura a todas las culturas.
Una de las causas es que discriminación y la exclusión nos fueron enseñadas. Todo nuestro aprendizaje fue adquirido en espacios socioculturales – la escuela los medios de comunicación, los espacios religiosos – en los que aprendimos que hay unos buenos y unos malos, unas personas más importantes que otras porque pertenecen a una clase social privilegiada, a un grupo étnico, ideológico o moral predominante.
Piensa, por ejemplo, en las personas que son reconocidas en la historia como próceres, como transformadores de la humanidad, piensa en la comunidad científica y aquellos que han hecho grandes descubrimientos ¿qué características comunes encuentras? ¿es posible que solo las personas con estas características sean capaces de grandes logros?
Nuestra propia experiencia de vida nos muestra que no es así, pero tenemos anclados estos aprendizajes que han dado lugar a que excluyamos todo lo diverso: mujeres, comunidades étnicas, personas en situación de discapacidad, población rural, gente de escasos recursos económicos, población sin validación académica, pero con un conocimiento muy valioso, y en general a cualquier persona que piense distinto.
También se nos ha enseñado a reconocer unas violencias como legítimas: Alejandro el Grande violentó y secuestró a cientos de mujeres persas, arrasó ciudades como Persépolis y destruyó miles de símbolos del zoroastrismo que no representaban para el Imperio Griego ninguna amenaza. Algunas comunidades indígenas, afrodescendientes y regiones que no querían vincularse a la causa del Ejército Realista fueron atacadas por órdenes de Simón Bolívar con una violencia desmesurada e innecesaria.
Hay miles de ejemplos de cómo se nos educa para reconocer solo a algunos como la encarnación del mal, pero la verdad es que todos los grandes líderes han cometido actos de barbarie que no tienen justificación, pero que no se cuestionan, como si las pérdidas económicas, humanas y el dolor que se causa no fueran exactamente iguales.
Cómo ves, la inclusión tiene que ver con aspectos profundos que no se resuelven solamente con nombrar a todos y todas, niños, niñas y adolescentes o indígenas y afrodescendientes. Estos usos del lenguaje son una pequeña estrategia necesaria dentro del enfoque diferencial, pero el verdadero desafío no está en incluir a los que sabemos iguales, sino a los que consideramos como una amenaza, a las y los distintos.
La inclusión es un mecanismo político, social y económico tremendamente eficaz. Si lo que hablas, lo que escribes, lo que produces o tu modelo de negocio están dirigidos a un público diverso tendrás mucho más éxito, más receptividad, pues toda la humanidad es diversa. Te recomiendo este blogpost para que veas ejemplos concretos.
Además, el incluir a las otras personas, el comprender sus motivaciones, los principios a partir de los que construyen sus valores, sus formas de entender y estar en el mundo, el acercarse a quien consideramos una amenaza, a quien no entendemos o aceptamos te obliga a procesos lógicos y de pensamiento más exigentes, es decir, te hace más inteligente y eso se nota en lo que dices y en lo que produces.
No es tan sencillo. Resulta muy complejo el tratar de entender, por ejemplo, a quienes siguen los nuevos -basados en los viejos – radicalismos, a los neonazis, los movimientos nacionalistas, las posturas de extrema derecha e izquierda, los movimientos que pretenden imponer su moral y sus principios.
Hay un principio fundamental. El no aceptar ninguna forma de violencia, pues esta es lo contrario a la inclusión. Es importante conocer y tratar de entender qué motiva a las personas y respetar sus creencias, más no tienes por qué aceptarlas.
Cuestiona las ideas, no a los individuos. No caigas en el juego semántico que hemos aprendido en las esferas públicas, pues terminas culpando a cualquier vecino de todos los problemas de la humanidad y no resolviendo nada.
Dale cuerda a tu curiosidad. Busca en internet de qué manera se autorreconocen, con qué principios se identifican los grupos minoritarios, las ideologías opuestas, las personas LGBT+, busca información en sitios de reconocimiento u oficiales y, sobre todo: conversa con personas diversas.
Evita el contenido de sitios web sin mucho reconocimiento ya que muchos de estos se posicionan moviendo información falsa o polémica que fomenta el miedo hacia las personas. Te sugiero curiosear portales como BBC o TheConversation, encontrarás información muy interesante, elaborada por una comunidad diversa.
Consulta medios independientes. Revistas como Cartel Urbano o Vorágine -entre muchos, muchos otros – son una fuente maravillosa de creatividad e inspiración y una vía muy interesante para aproximarse a temas complejos desde otra perspectiva.
Abre la mente. Busca los principios, causas, o motivaciones de quienes te generan desconfianza o consideras opositores y compara ¿son de verdad sus ideas tan distintas a las tuyas?
Desaprende. Piensa de qué manera te fue enseñada y explicada la sociedad y piensa en medio de esa estructura ¿qué posición tienen tú, tus padres, tus abuelos, tu propia historia?
¡Sin miedo! Piensa en cuántas historias has escuchado sobre la supuesta amenaza que representan feministas, transexuales, indígenas, afrodescendientes y compárala con tu experiencia real.
¿Cómo te gustaría que te trataran? ¿Te gustaría que te llamaran haciendo referencia a tus características o particularidades físicas? ¿cómo te gusta que hablen de ti en las redes sociales? Aplica el trato que quieres recibir, verás que el respeto es una estrategia sin pierde para la inclusión.
Es mucho lo que hay que aprender y desaprender y no hay una fórmula mágica, tampoco nos es posible abordarlo todo en este espacio. Platzi se pone la 10 con estos temas que ahora son indispensables en todos los campos y disciplinas como el desarrollo, el diseño, la innovación, el periodismo etc.
Por eso trae una serie de cursos relacionados con la inclusión. En el curso de Periodismo y Redes Sociales para la Inclusión y la Construcción de Paz encontrarás un contenido que te hará pensar en grande y aplicar criterios inclusivos en todo lo que hagas.
¡Deja tu opinión sobre este post en los comentarios! Me encantaría saber qué piensas, con qué estás de acuerdo y con qué no para que conversemos y construyamos.
Oh dios! estaba escribiendo y por error se borro todo, aquí voy de nuevo.
Creo tener un problema respecto a la ideología de genero y sus limites, considero que no tienen y que todo es valido solo para ser inclusivos debemos de aceptarlos, aunque no este bien, me explico:
Vivo en la Ciudad de México y aquí el metro tiene 2 vagones exclusivos para mujeres, pero resulta que hay hombres que se suben a ellos y se auto denominan mujeres, y vaya, estoy seguro que si habrá personas que se identifican así, pero también aquellas que no, y solo lo hacen para poder ir en un espacio menos apretado, entonces eso ¿Es correcto? solo para incluirlos es correcto dejarlos en un espacio destinado solo para mujeres.
O algo mas importante, en las olimpiadas Tokio 2020 que acaban de pasar, paso algo muy padre, la inclusión de un hombre transexual, es decir, ahora una mujer.
Pero dicha mujer participo en el levantamiento de pesas, y bueno es muy bien sabido que los hombres gracias a la testosterona tendemos a generar mas musculo que las mujeres, si bien toma medicamentos para la supresión de la testosterona dicha atleta, no era la suficiente, pese a que tome la supresión tiene mas niveles de testosterona que una mujer normal, ¿Esto no es una ventaja? cabe destacar que paso lo esperado y gano el oro.
¿Qué pasa con las otras mujeres? esforzándose y aun así no poder lograrlo pero una diferencia genética, ¿Esto es justo?
¿Por qué a una persona transgénero si puede competir como se identifique pero se hacen juegos Paralímpicos?
¿Resulta obvio quien ganaría? ¿No es el mismo caso?
Y bueno no solo en los juegos olímpicos, también hay en luchas grecorromanas, y bueno, 3 años consecutivos siendo la campeona.
Entonces no habría que imponer limites, ¿Es solo por ser inclusivos y ya? pero que hay de las otras mujeres si ellas tomaran testosterona para igualar los niveles bajos, pero existentes de esas personas transgénero serian descalificadas, además de que muchas no creo que lo quieran por los cambios que producen en el cuerpo.
Esta es mi opinión, acabe destacar que no estoy encontrar de la comunidad LGTB+, pero creo que debería de haber limites.
Siempre que hablamos de inclusión me recuerda el tema de los X-Men. Un grupo de super héroes de diferentes países, etnias, religiones y orientaciones sexuales, luchando por defender a aquellos que los que los desprecian porque es lo correcto. Luchando contra algo más difícil que los supervillanos, la discriminación.