Tomé cientos de cursos. No fui a la universidad. Cambié de carrera incontables veces. Invertí mucho tiempo sin objetivos claros. Prioricé alcanzar sueños más que formar un perfil profesional envidiable.
Aunque cometí mil errores, volvería a recorrer (casi) el mismo camino.
Esta lectura es una retrospectiva de los últimos 8 años de mi vida y cómo optimizaría mis estrategias de aprendizaje.
¿Para qué sirve Platzi Rank?
Los puntos de Platzi Rank sí te premian con Platzi Rewards. Insignias, precios especiales, regalar tiempo de suscripción a otras personas…
Eso sumado al obvio aprendizaje mientras tomas los cursos, construyes proyectos, analizas casos de estudio reales con profesionales reconocidas en la industria y colaboras con la comunidad.
Platzi Rewards: el programa que te recompensa por estudiar 👀
Todo eso es oro. Pero específicamente para mí es una métrica de vanidad. Acumulable en el tiempo y a cambio de beneficios con los que ya cuento como parte del Team Platzi.
¿Por qué entonces seguir estudiando? ¿Qué sentido tiene celebrar 200K puntos si son solo vanidad? ¿Qué provecho puedo encontrar en “tomar otro curso más”?
Formación constante y ambición infinita para un propósito inalcanzable
Parte del trabajo de mis equipos es examinar de cerca el impacto de Platzi en sus estudiantes.
Maximizar el acceso a la educación abre muchas, muchísimas oportunidades. Pero juntar ese privilegio con motivación y propósito genera equipos de valor inmensurable.
El retorno de inversión de nunca parar de aprender es vivir con una ventaja competitiva, elevar por defecto tu perfil profesional y aumentar el impacto que causas en tus equipos.
La educación no es solo para “salir del hueco”. Ese ni siquiera es su mayor valor. El fin del aprendizaje constante está en formar una saludable pero incansable ambición nunca antes vista en nuestra región.
Los equipos que revolucionan la industria construyen una difícil pero innegociable cultura de humildad. Si quieres un equipo así en tu empresa, no hay espacio para el ego, debes potenciar (y no solo admitir) la interminable oportunidad de aprender y mejorar.
Siempre puedes hacer más.
Crecer mi perfil o crecer mi propósito
Ahora la cuestión es hacia dónde crecer. ¿En qué invertir mis tiempos de estudio?
La recomendación “oficial” es formar un perfil profesional. Adquirir las habilidades más demandadas según LinkedIn. Y así volverte lo más atractivo posible para reclutadores o el propio equipo de recursos humanos de tu empresa.
Pero hay un camino alterno. El enfoque en la misión antes que en el perfil. Apostarle a impactar en la empresa para así formar un gran perfil profesional (en vez de hacerlo al revés).
Me dijeron que ese era el camino para “volverme senior”. Yo elegí apostar por ahí.
Junior vs. Senior: La verdad detrás de los títulos en Ingeniería
Mi (supuesta) pasión y área de expertise es el desarrollo web. Nunca falta en mi día a día seguir construyendo proyectos, estar al tanto de nuevas tecnologías o profundizar en mis herramientas favoritas.
Aún así la mayoría de mis estudios no son en programación, sino en las variadas y rarísimas habilidades que requieren los experimentos y misiones del día a día en mis equipos (ciencia de datos, inteligencia artificial (por supuesto), producción audiovisual, project management…).
Durante varios años muy intensos trabajé en “modo startup” priorizando el crecimiento explosivo y haciendo lo que hiciera falta para cumplir la misión, incluso cuando no implicaba programar sino [cualquier otra cosa].
Hoy mi LinkedIn no dice X Developer con no sé cuántos años de experiencia, sino Platzi Associate, Course Director, el eterno estudiante.
Entonces… ¿fallé? ¿No era este el camino para “ser senior”? ¿Si no fue en los títulos, dónde estuvo mi crecimiento realmente?
¿Valió la pena?
He visto familias empoderándose de sus sueños y futuro. Mis errores mataron proyectos super prometedores. Mis logros han superado 10x las expectativas de mi equipo. Formé directa e indirectamente a decenas de miles de profesionales. Lancé los peores y mejores cursos de Platzi. Dirigí por accidente a profesores que casi compran Google. Encaminé el nacimiento de nuevos lenguajes de programación.
Ningún curso en específico pudo ni podrá prepararme para todos estos momentos maravillosos. Pero jamás lo habría logrado sin la filosofía de nunca parar de aprender.
Mis 200K puntos de Platzi Rank desaparecerán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Pero los celebro con orgullo por el impacto infinito de las anécdotas, experiencias y aprendizajes de estos 8 años. Sobre todo por haber encontrado un propósito en la misión de la educación.
De nada me sirvió gastar tanto tiempo comparando mi cantidad de cursos y puntos contra otras estudiantes. Si volviera a empezar, me despreocuparía de ser el estudiante que más [inserte aquí métrica inútil], porque eso solo me dio cortos y vacíos momentos de satisfacción.
Pero sin dudarlo un segundo volvería a obsesionarme con entenderlo todo. Dominar el modelo de negocio y las métricas de mis equipos. Aprender lo que haga falta no porque lo requiera un perfil profesional, sino porque así se cumple la misión que elegí cumplir.
Tuve el privilegio de trabajar por un propósito más grande que yo. Solo por eso ya valió la pena. Pero hoy además tengo la tranquilidad de poder habilitar un “plan de respaldo” para permitirme otro tipo de futuro igual maravilloso cuando sea que lo necesite.
Por eso, hasta que ese día llegue, nunca voy a parar de aprender.
#NuncaParesDeAprender 🤓💚
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