Solemos entender la satisfacción como una sensación que ocurre por algo que nos salió bien. Sin embargo, la satisfacción es el resultado de un proceso distinto: la atención. Esta atención debe estar puesta en el desarrollo de las cosas que hacemos por satisfacción y no en el efecto.
¿Cómo enfocarnos en el proceso?
Sigue estos consejos y aprende a enfocarte más en el proceso:
Marca sucesos que señalen tu progreso
En lugar de decir ‘no logré esto’, piensa: ‘este fue el proceso para llegar hasta este punto’. Con el tiempo tendemos a menospreciar el desarrollo de las situaciones y enfocarnos en los logros y fracasos, lo cual lleva a la frustración.
Suaviza la curva de aprendizaje
Clasifica tus tareas en función de las habilidades requeridas para resolverlas y su nivel de dificultad. Luego, resuelve primero las asignaciones que te den las habilidades requeridas para pasar a las siguientes.
Date feedback
Procura analizar qué sentiste ante determinada situación y que te gustaría que sucediera a continuación. Pregúntate: ¿qué he hecho bien?, ¿qué podría hacer mejor?
Al final de todo, no reflexiones en sí lo lograste o no. Analiza, en cambio, qué te llevo a lograrlo (o no).
Pon atención a las ganancias secundarias
Una ganancia secundaria es una consecuencia positiva e inesperada del proceso. Puedes darte cuenta de estas mediante la siguiente pregunta: ¿existe algún descubrimiento o situación inesperada y positiva que surgió de una experiencia desagradable, frustrante o que no se considere como un logro?.
Contribución creada con el aporte de Ciro Villafraz.
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