Las marcas buscan identificarse con una audiencia que también tiene convicciones y valores arraigados. Es en este punto donde la imagen abstracta que proyectan conecta con el público que espera más que simplemente un logo y un buen producto.
Un manifiesto de una marca es una declaración escrita que expresa el propósito, los valores y la misión de una empresa. Es una herramienta poderosa para conectar emocionalmente con tu público objetivo y aumentar la lealtad hacia tu marca.
Además, proporciona una dirección clara y coherente para un negocio. Ayuda a establecer una conexión más profunda con los clientes y empleados, lo que puede resultar en una mayor fidelidad y confianza hacia la marca.
Si queremos humanizar las marcas, debemos reconocer su conexión con las creencias humanas. Debemos hacer que las marcas piensen en algo, ya que no son ateas en el sentido amplio de la concepción.
Echemos un vistazo a algunos ejemplos inspiradores de diferentes marcas que han aprovechado esta herramienta con éxito.
“Piensa Diferente” es uno de los brand manifiestos más icónicos de todos los tiempos. Apple estableció su marca alrededor de la idea de que quienes piensan de manera diferente pueden cambiar el mundo.
Su manifiesto destaca su compromiso con la innovación, el diseño elegante y la simplicidad.
Airbnb ha transformado la forma en que viajamos y experimentamos nuevos lugares.
Su manifiesto se centra en la idea de que cualquier lugar puede convertirse en un hogar y fomenta el intercambio cultural y la comunidad.
El manifiesto de Coca-Cola ha estado evolucionando a lo largo de los años, pero siempre ha tenido como objetivo principal ofrecer felicidad a sus consumidores.
Coca-Cola ha sido un maestro en conectar emocionalmente con su audiencia y realizar un buen marketing.
Las audiencias actuales buscan comunidades y tribus para pertenecer, y las marcas que les brindan esta capacidad se afianzan en sus corazones, generando confianza y fidelidad. Los clientes leales no se dejan seducir por ofertas de la competencia, sino que siguen reflexionando en su marca preferida.
La pregunta es entonces ¿qué hizo Harley y otras tantas marcas que han creado comunidad para lograr tener creyentes tan fervientes como los que las secundan sin chistar.
En realidad la respuesta a esto no va más allá de construirse justo como sus audiencias lo esperan, ser lo que sus marcas quieren que sean y sobre todo mostrarles que aman lo que ellos aman, que detestan lo que ellos aborrecen y luchan por lo que a sus audiencias les parece loable.
Para redactar un manifiesto auténtico, es importante conocer a tu audiencia objetivo, ser claro y conciso, utilizar un lenguaje enérgico, relatar una historia emocionante y ser auténtico en tus palabras.
Antes de comenzar a escribir, sumérgete en la identidad de tu marca. Investiga a fondo los valores fundamentales, la misión, la historia y la cultura de tu empresa. También, analiza a tu audiencia y lo que les importa. Cuanto más conocimiento tengas, mejor será tu manifiesto.
Antes de comenzar a escribir, es fundamental comprender a quién te diriges. Investiga y comprende a tu audiencia objetivo para adaptar tu mensaje de manera efectiva.
Un manifiesto no debe ser largo y tedioso. Concéntrate en comunicar los valores y la misión de manera clara y directa.
El lenguaje en el manifiesto debe ser apasionado y motivador. Usa palabras y frases enérgicas que despierten emociones positivas.
Una narrativa poderosa puede hacer que el manifiesto sea memorable y emocionante. Cuenta la historia de la marca y su viaje hasta el momento actual.
Un manifiesto puede ser más impactante si se combina con elementos visuales que refuercen el mensaje. Fotos, gráficos o ilustraciones pueden darle un toque único.
La autenticidad es clave en un manifiesto. Evita clichés y frases vacías. En su lugar, habla desde el corazón y sé genuino en tus palabras. Las relaciones emocionales son fundamentales.
Una vez que estés satisfecho con tu manifiesto, compártelo con el mundo. Publícalo en tu sitio web, redes sociales y cualquier otro medio relevante para tus grupos de interés. Comparte tu mensaje con orgullo.
Cabe destacar que aquí no se trata de ceder ante los caprichos de una audiencia general y voluble; una marca de culto tiene una clara comprensión de quiénes forman el núcleo de su audiencia y quiénes son simplemente simpatizantes ocasionales que saludan y dan los buenos días de paso. Las marcas son leales y coherentes con sus seguidores, no con los incrédulos o los indecisos.
Es por eso que una marca comprometida no cambiará sus creencias fundamentales, ya que son estas las que comparte con su círculo íntimo de seguidores, quienes son el sostén de la marca, como portadores devotos en una procesión.
De hecho, si esta marca se atreviera a ser infiel y traicionar la relación de confianza tácita, su progreso podría quedar truncado. Los directivos no son quienes llevan la carga de la marca, es la comunidad la que la carga y la lleva hacia donde sea que vaya. Son ellos quienes la recomiendan, la adquieren e incluso hacen fila antes de un lanzamiento.
Las marcas comprometidas, con alma y valores firmes, capturan el corazón de sus seguidores. Al contar historias auténticas y plasmar sus creencias en manifiestos, van más allá de simples promociones de venta.
Al sumergirse en temas relevantes, como el amor, el cambio climático o la igualdad, generan una audiencia igual de apasionada. Descubre más en el Curso de Diseño de Identidad de Marca: Crea tus Manifiestos y Brandbooks para crear marcas más comprometidas y llenas de razones para creer.