La fuerza de un personaje dentro de una historia como una animación, una historieta o un videojuego, por ejemplo, no solo se encuentra en las acciones que realiza a través de la historia que se está contando, sino también en todo lo que su apariencia denota.
Cada aspecto visual del personaje debe representar la historia que está contada, pero también la que no se está contando literalmente.
Siempre hay una razón por la cual como humanos actuamos de ciertas forma, tenemos ciertos hábitos o ciertas rutinas. Con los personajes pasa lo mismo, sus acciones a lo largo de una historia o una situación están determinadas por la definición de un trasfondo, de igual forma esto debe determinar su apariencia, poder proyectarlo a la audiencia.
Previo a poder poner el lápiz sobre el papel o las manos sobre el pincel digital debemos definir quién es nuestro personaje, cuál es su historia y su relevancia dentro de lo que se está queriendo contar.
En esta etapa es indispensable poder definir el trasfondo del personaje y esto puede ser a partir de la idea que la historia que queremos ilustrar nos está contando respecto a él. Definamos ello con algunas preguntas:
¿Quién es en la historia nuestro personaje?
¿Cuál es su relevancia?
¿Existe un antes y un después contado en la historia?
¿La historia revela algo de su pasado, sus gustos o sus hábitos?
Contestando estas preguntas podemos ir bocetando algunos aspectos físicos con los que podemos representar ciertas cosas, además de que podemos ir dejando que nuestra creatividad nos lleve a llenar esos espacios que tiene la historia respecto al personaje.
Una vez tenemos ya en mente quién el personaje desde una perspectiva anterior a la historia y en la posición actual en la que se encuentra, podemos comenzar a definir más claramente cómo queremos que se vea.
Los thumbnails son muestras en miniatura, sin mucho lujo de detalle de cómo visualizamos al personaje. Es el momento donde podemos dejar que que nuestra imaginación nos lleve sin preocupación, finalmente en esta etapa no tenemos nada escrito en piedra, podemos generar ideas que más adelante elegiremos para pulir de acuerdo a lo que realmente haremos con nuestro personaje.
Este es el momento en el que elegimos uno de nuestros bocetos para poder definir con más detalle la ilustración.
Las cosas que dibujemos en él van a definir su personalidad durante la historia, tienen que proyectar el presente del personaje, porque el presente del personaje es el resultado del trasfondo que analizamos durante los primeros acercamientos con bocetar al personaje.
En esta parte aún no necesitamos pulir demasiado los aspectos visuales pero sí debemos dejar definidas las características visuales más importantes del personaje.
En este punto ya definiendo el aspecto visual del personaje llenamos de detalles.
¿Qué colores vamos a utilizar?
Debemos pulir hasta el mínimo detalle logrando que el personaje luzca tal lo cual lo meteremos en la historia. Preparándolo para poder hacer una selección de las poses que más van a representarlo y a transmitir su carácter y sus características esenciales.
Es muy importante que cuidemos los detalles, ya que normalmente es donde se encuentran más revelaciones del personaje que puede ayudar al espectador a entender su comportamiento aún si la misma historia no lo transmite literal.
Si quieres profundizar en el proceso del diseño de un personaje, conocer las herramientas que van a ayudarte a lograrlo, los mejores consejos y ejemplos, te invito a que veas los cursos que hemos preparado en Platzi para ti: Introducción a la Creación de Personajes y el curso de Diseño y Prototipado de Personajes.
Con estos cursos lograrás crear personajes interesantes y que comuniquen lo que realmente quieres contar.
Si ya tienes la experiencia de haber creado un personaje, déjanos en los comentarios a tu personaje y cuéntanos un poco del proceso que llevaste.