Hace muchos años atrás, el encuentro con una calavera marcaría el rumbo de mi vida profesional. Pero antes de contarte esa historia, me gustaría aclararte qué es un documental colaborativo.
Un documental es una obra audiovisual que representa un aspecto de la realidad mediante hechos, situaciones y personajes reales y cuya finalidad es informativa, pedagógica o de entretenimiento.
Un documental colaborativo es cuando esa obra audiovisual es construida colectivamente. Los protagonistas son creadores y los creadores son protagonistas. Y ese cambio de paradigma en los roles de producción se evidencian en la construcción de la historia: todos los que participan pueden expresarse.
A los 12 años mi vida cambió. Luego de meses de sostenida insistencia, mis padres compraron una cámara de video hogareña. Una JVC Hi 8.
Por supuesto que para ese entonces yo no tenía ni idea que significaba Hi 8, ni qué era JVC. Mucho menos imaginaba que esa cámara se iba a convertir en mi mejor amiga muy pronto.
Me fascinaba saber que con la cámara podía hacer que otros miren lo que yo observaba. Por ese entonces pasaba mis veranos y mis inviernos en Córdoba, una provincia argentina rodeada de sierras y montañas.
Salir de expedición con mi amiga JVC Hi 8 era uno de mis planes favoritos.
Mi primera cámara, la JVC Hi 8.
Caminaba, grababa todo lo que me llamaba la atención. Incluso añadía comentarios en vivo (ahora entiendo que vloggeaba analógicamente) y volvía a casa a contar y mostrar mis descubrimientos.
Grababa el suelo y grababa el cielo. En Córdoba ambas cosas son hermosas. Grababa a mi familia, el agua de los arroyos, alguna vaca perdida. Pero mi gran descubrimiento fue una calavera de cabra.
Recuerdo la emoción cuando la vi. Imaginen una niña exploradora en la montaña, caminando sola con cámara en mano y encontrando lo que parecía ser el cráneo de un animal: “¡Una calavera de chivito! ¡Encontré una calavera de chivito!”, se me escucha decir muy emocionada en el video.
La grabé, grabé el entorno donde la había encontrado y, esta vez, fui un poco más lejos. La saqué del arroyo donde se encontraba y me la llevé, como tesoro recién descubierto.
¿Cómo habían llegado esos restos óseos allí?
Recuerdo que volví a la casa feliz, emocionada por mostrar lo que había encontrado. Mirá mamá. Mirá papá. Miren. Miren.
Quería que miren lo que yo había observado.
Tan emocionada estaba por el asunto que ha quedado como chiste familiar: se me llamó “cabeza de chivito” durante todo el verano.
Hace unos años, en el 2019, volví a Córdoba con mi hija, que en ese momento tenía 11 años. ¿Y sabes qué?
Caminando por el parque de la casa encontré la cabeza de cabra que había encontrado yo aquella tarde de verano de 1997.
Mi hija se sorprendió al verme reír cuando la encontré y le conté la historia. Luego de reírme, me emocioné.
Esa calavera era el símbolo de mi primer encuentro emocionante con el mundo audiovisual, más específicamente con el documental.
La calavera que encontré en 1997, fotografiada en 2019
Lo que yo había estado haciendo durante ese verano del '97 y los años venideros era documentar. Documenté mis salidas exploradoras, la risa de mi hermana, el sonido de una vaca que me miraba al pasar o de los grillos en la noche. A mis padres reír con sus amigos. A sus amigos reírse conmigo. Documenté mi infancia.
Pero no lo hice sola.
Sería injusto decir que mi infancia fue documentada por mí y únicamente por mí.
A esa cámara podía darle REC cualquiera que la encontrara. Grabó un poco mi papá. Otro poco mi hermana. Otro poco mi mamá. También grabaron mucho los amigos de mis padres. Y mis amigas. Y las amigas de mi hermana.
Es una historia registrada por la mirada de muchos, donde quien graba es protagonista y el protagonista también graba. Eso es un documental colaborativo. Y la variedad de miradas sobre una misma historia es lo que lo hace un formato único.
La historia de mi infancia hubiera sido una historia algo sesgada si estuviera construida sólo con mis imágenes y mis observaciones. Si sólo yo hubiera grabado, nadie hubiera capturado mis caprichos y enojos porque quería la cámara, pero la estaban usando.
Nadie me hubiera grabado trepando árboles o dándole de comer duraznos a Danubio, el caballo más hermoso que vi en mi vida.
La riqueza de ese material está en la construcción colectiva. Porque realmente no es solo la historia de mi infancia, sino mi infancia en el contexto de la comunidad que me rodeaba en ese momento: mi familia y mis amigos.
En mi opinión, no existe formato más poderoso que el documental colaborativo para contar la historia de las comunidades. Las comunidades se enriquecen con la diversidad de personas, miradas y pensamientos, y la mejor forma de representarlas es haciendo evidente esa diversidad desde la construcción de su historia.
Ese aspecto es lo que me parece maravilloso de los documentales colaborativos, justamente la construcción colectiva. La unión de miradas diversas con un mismo objetivo: contar una historia.
Hace 11 años, YouTube, National Geographic y Ridley Scott se embarcaron en la creación de un documental colaborativo con la comunidad más grande que existe: la población del mundo.
Así nació Life in a Day, un documental colaborativo grabado por personas de más de 190 países y con un total de 4500 horas de video que resultaron en una historia de algo más de 90 minutos: la historia de la humanidad en un día determinado, el 24 de julio de 2010.
10 años después lo hicieron de nuevo, en el contexto de la pandemia.
El resultado es impresionante: la diversidad de culturas, el amor, los vínculos, los miedos y deseos que nos unen. La humanidad al descubierto de una forma nunca antes vista. Y esa diversidad en las formas de vivir emociona.
Platzi es su comunidad. Una comunidad de estudiantes que nunca para de aprender. Diversa, llena de talentos y de historias personales superadoras.
Sabemos que detrás de esta pantalla desde la que me estás leyendo hay una persona llena de sueños, de objetivos por cumplir, de logros y también de fracasos que te han ayudado a crecer. Una persona con una historia. Una historia que queremos conocer.
Con este objetivo nace el reto Creación Documental 101, el reto que te permitirá ser parte del primer documental colaborativo de Platzi hecho por sus estudiantes.
Queremos conocer tu historia y que sea parte de una historia más grande. Queremos conocerte, saber qué deseas y cómo Platzi te está ayudando a lograr tus objetivos. Queremos conocer tus sueños. Queremos conocerte a ti.
Si quieres ser parte de este ambicioso proyecto y construir un documental sobre la comunidad de Platzi, donde tú puedes ser realizador o realizadora y protagonista, entonces el reto Creación Documental 101 es para ti.
No necesitas conocimientos previos. El reto está pensado para cubrir todos los conocimientos y habilidades que necesitas para ser parte de este proyecto.
Acompáñanos en la construcción colectiva de esta historia.
Ayúdanos a ver lo que tú observas.
Inscríbete en este form y obtiene más información en platzi.com/midocumental
¡Te esperamos! 🎬
La historia me inspiro tanto que estoy dentro para conectar con mi lado creativo 💚
¡Qué bien! Te espero en el reto. Vamos a aprender y crear mucho juntos 😉
Me parece super genial la idea, y me encetaría participar! Me encanta ser parte de PLATZI!
¡Te esperamos en el reto! Va a estar muy divertido. 😃
Yo vivo en una ciudad a la que le dicen “La ciudad de los 30 caballeros” y también se llama Córdoba, pero es 1 de las 3 ciudades que se llaman así en el mundo. Espero poder mostrarte como es y que el espectador escuche nuestro lenguaje audiovisual. Aquí, entre muchos animales hay aves, y tengo unos amigos colibríes que podría presentarles.