28

Los efectos del marketing creativo para marcas

12779Puntos

hace 3 años

TL;DR
Mi nuevo curso sobre marketing, marcas y creatividad ya está disponible en tu suscripción de Platzi.
En este curso aprenderás cómo ser una persona más creativa, y también entender cómo y por qué nos relacionamos con unas marcas más que con otras, para que puedas aplicar ese conocimiento a la tuya o a aquellas con las que trabajes, y combinarlo con todo lo demás que puedes aprender en la Escuela de Marketing Digital de Platzi.

Es un gran curso. No te lo pierdas 😉


La historia de Santiago, aquel que no creía en la publicidad

Santiago era un escéptico de la publicidad. Según él, no había forma alguna de que una marca lo convenciera de comprar algo. “Ja, no saben con quién están hablando, yo no me dejo influir por nada, yo no soy de impulsos como el resto de la gente, yo tomo todas, todas, todas mis decisiones de compra de forma lógica y analítica”, solía decir.

Ok, Santiago, no te emociones, dejen continúo con la historia.

Esta faceta de la personalidad de Santiago era bien conocida entre sus amigos más cercanos, tanto es así que estos a veces compartían vídeos de publicidades de algunas marcas en sus grupos de Telegram (Santiago había decidido no usar Whatsapp), sólo para corroborar de nuevo lo que ya sabían que Santiago les iba a decir:

“¿No os dais cuenta de que este tipo de contenido sólo busca alimentar el consumo? Conmigo no hay nada que hacer, yo no veo publicidades ni en YouTube ni en el televisor… bueno es que yo ni televisor tengo”

Santiago repetía esto una y otra vez, a veces con tanta vehemencia que sus amigos creían que en el fondo era probable que Santiago dispusiera de una televisión en su casa para seguir viendo a Bob Esponja en Nickelodeon todas las mañanas. “Quién sabe, a nadie le importa realmente”, solían pensar sus amigos, que ya habían aprendido a aceptar y querer a Santiago con todas sus peculiaridades.

La vida de todos transcurría por estos derroteros, hasta que un día los amigos escucharon el sonido de nuevo mensaje en sus teléfonos, sólo para segundos más tarde prorrumpir en una mueca de espanto aterradora.

melanie-wasser-j8a-TEakg78-unsplash.jpg

En el timeline del grupo había un vídeo enviado por Santiago. Era un anuncio publicitario, acompañado del texto “No me canso de ver este vídeo”. Los amigos rápidamente sospecharon y escribieron de regreso: “¿Santiago, estás bien?”, “Por favor, mándanos tu ubicación actual y una foto para saber que todo está bien”, y mensajes de esta índole.

Santiago respondió muy sorprendido: “Sí, estoy bien, ¿por qué la pregunta?”
Sus amigos escribieron de nuevo: “Santiago, si es una broma o si estás en peligro, por favor háznoslo saber, estamos preocupados”

Tras un vaivén de varios mensajes, los amigos consiguieron explicarle a Santiago que la preocupación venía de su eterna reticencia a visualizar ni compartir ningún contenido de tipo publicitario. Por eso, pensaban que era la manera en que él les estaba avisando de que algo estaba mal.

“No es un anuncio como los otros”, les dijo Santiago. “De hecho, sentí que no era un anuncio, sentí que, jaja, se van a reír, sentí que me hablaba directamente a mí, como si quien lo hubiera hecho me conociera, aunque seguro que no me conoce, pero yo sentí que sí. Me emocioné, me cayó bien esa marca, por eso lo compartí.”

El valor e importancia de las marcas

¿Reconoces a alguien como Santiago en tu vida? Es interesante observar cómo alguien tan escéptico y analítico pueda ver zozobrar todo su esquema de pensamiento a través de algo tan bonito de sentir y complicado de generar como es una emoción. Esa palabra que a veces nos liga a determinados productos o marcas, no por lo que son o lo que hacen, sino por cómo nos hacen sentir, o cómo nos hacen ver hacia afuera en los ojos de las personas que nos rodean.

Cómo crear un manifiesto de marca

tengyart-auEPahZjT40-unsplash.jpg

En esta época de algoritmos, optimizaciones y métricas, palabras como “emoción” parecen haber quedado en un segundo plano, pero si hay una época en la que puede volverse un diferencial es justo ésta en la que vivimos.

¿Por qué buscaría generar emoción una marca en un año tan avanzado como 2021?

Quizá porque el rol de una marca bien construida es doble:
1- No decirnos lo que quiere que hagamos o que compremos, sino decirnos cómo quiere que pensemos en ella
2- Servir como brújula para orientarnos en un mundo en el que hay mil marcas que hacen lo mismo que esa que se anuncia

¿Crees que escoges tal o cual marca de refresco o zapatillas de deporte por el sabor o el soporte que te ofrecen? Puede ser, en un pequeño porcentaje. Pero lo es, sobre todo, por la cantidad de veces que hemos estado expuestos a sus publicidades, y el hábito que eso ha generado en nosotros cada vez que nos encontramos en un contexto como “comida familiar” o “necesito calzado para correr mi próxima carrera 10K”, por poner un par de ejemplos.

Por cierto, un pequeño consejo, nunca estrenes unas zapatillas de deporte en una carrera 10K, tus pies te lo agradecerán enormemente. ¿Dónde estaba? Ah sí, el rol de las marcas.

Seguramente, la vida era más fácil cuando había menos opciones para escoger. Puedo ver una de estas tres películas, escoger una de estas dos marcas de sopa, o una de estas dos marcas de ropa. Pero ya no es el caso, y nuestra vida hoy en día se asemeja mucho a ese momento en que accedemos al menú principal de Netflix para escoger qué ver. Tantas, tantas, tantas, pero tantas, tantas opciones, que al final terminas por seguir viendo por enésima vez los episodios de tu serie favorita. “Parálisis de la elección”, que se le suele llamar a esa situación. Hay tantas opciones, que al final terminas por no escoger ninguna.

En el pasillo del supermercado o buscando un regalo de último minuto nos podría suceder lo mismo. ¿Qué puré escojo? ¿En qué tienda departamental encontraré lo que busco?

Afortunadamente, en ambos casos, las marcas son las que nos salvan de irnos con las manos vacías. Esas marcas que han hecho una labor, aparentemente invisible durante años, pero que son las primeras que resaltan a nuestra mirada cuando estamos en ese pasillo lleno de marcas de puré que parecen gritarnos una y otra vez “¡a mí, a mí, escógeme a mí!” Y sin embargo, escogemos aquella que nos es más familiar o con la que tenemos un hábito más desarrollado.

Quizá porque te gustó la etiqueta o, quizá, porque ya la compraste alguna vez, o porque la usaran tus padres para cocinar cada domingo en un recuerdo muy lejano, pero del que todavía perdura el delicioso aroma a puré, nom nom nom. Este efecto no lo consiguen todas las marcas. Sólo algunas que parecen haberse pegado a tu mapa de memorias a base de repetición, recuerdos y sus emociones asociadas…


-Hola, ¿Daniel?
-¿Sí?
-Hola, te habla Alejandro, de Platzi
-¿Alejandro?
-Alejandro del equipo de SEO de Platzi
-Ah sí, dime Alejandro, ¿qué tal, estoy divagando?
-Un poco… creo que a las personas leyendo este posteo ya les quedó claro lo que querías decir, ¿podemos continuar?
-Oh… ¡claro, claro! Perdón, ¿dónde estaba? Ahhh, las marcas


El valor del pensamiento creativo

Quizá, como puede que pienses así como probablemente piensa Santiago, la creatividad es algo que se utiliza únicamente para que las marcas comuniquen sus productos o nos hagan sentir emociones relacionadas con ellos.

Quizá puede que pienses, entonces, que eso de la creatividad no es para ti, sino que es algo en manos de esas personas de nuestro entorno que parecen haber crecido con un don para contar historias, ser extrovertidas, hacernos reír.

Pero, en realidad, la creatividad va mucho más allá como disciplina, puesto que es la capacidad que tenemos de conectar distintos conceptos o cosas existentes con el propósito de generar nuevas ideas, soluciones y oportunidades en el contexto en que vivimos.

La creatividad, y el pensamiento creativo que la genera, es lo que origina la innovación, y es la herramienta principal a través de la que muchas economías de materia prima o manufactura se convierten en economías de conocimiento, economías donde cualquier persona es capaz de vivir de sus ideas, independientemente de su origen o condición.

Ads.png

La creatividad no es un don innato, es algo que se entrena y que, por lo tanto, se puede aprender, así como tú vas a aprender a encontrarte (o reencontrarte) con la creatividad que vive en ti, que es justo el primero de los objetivos de mi nuevo curso en Platzi.

Posteriormente te enseñaré cómo la puedes poner en práctica para crear tu propia marca, darle nombre, entender qué te diferencia de la competencia, y aprender a crear tus primeras ideas para convencer a tu público potencial de que eres lo que dices que eres, y que puedes hacerles sentir de una forma memorable y emocionante.

Quizá, dentro de no mucho tiempo, sea algo que tú ideaste lo que Santiago comparta en su grupo de Telegram con sus amigos, y para ello lo único que tienes que hacer es comenzar por la primera clase de mi nuevo curso de Comunicación y Marketing Creativo para Marcas, disponible desde ya en Platzi. 😃

Daniel
Daniel
danigranatta

12779Puntos

hace 3 años

Todas sus entradas
Escribe tu comentario
+ 2
Ordenar por:
3
6781Puntos

Simplemente woww, nunca he visto un curso tuyo Daniel, por que estoy mas enfocado en mejoramiento personal y desarrollo en frontend en donde estoy enfocado, pero desde hace tiempo desarrollo “inconscientemente” un branding en mi actual trabajo en una multinacional con la que Platzi tiene convenio y cursos… y este post me hizo clic.
Que genial forma de invitarnos a tu curso, ya tenia conocimiento que eres muy bueno en esto del marketing y contar historias con las que has desarrollado mucho de tu trabajo, de verdad te felicito, me enganchaste de verdad así que este fin de semana, aunque no este en mi ruta me voy a devorar tu curso y veré que tanto espacio le daré a reencontrarme con mi branding que tengo algo empolvado para sacarle lustre con tus ideas y aportaciones.
De verdad te felicito por tener ese don bien desarrollado.

2
28856Puntos

¡Este post es un claro ejemplo de creatividad!
Me atrapó… Quiero que seas mi entrenador de creatividad. Nos vemos en el curso.