Este mes, Platzi te ayuda a prepararte para el trabajo que quieres. Aquí puedes averiguar cómo.
Puedes leer el capítulo 3 de esta historia haciendo click aquí:
EL TRABAJO PERFECTO
Capítulo 4.
El encierro por la pandemia no tenía visos de acabarse pronto, y la expresión “New Normal” estaba ya tan desgastada, de tanto usarse, que Pol imaginaba que en cualquier momento saldría otra nueva expresión con la que referirse al espíritu de la época que les había tocado vivir.
Carla miraba a diario por la ventana de la sala de su apartamento. Se preguntaba si la pandemia duraría tanto como para poder ver florecer de nuevo el árbol que estaba justo frente a la puerta de su casa, y que hacía tan complicado meter o sacar los coches del garaje cada vez que había visita, cuando tenía visitas. Hacía mucho tiempo que no tenía más visita que las de los repartidores de las cosas que pedía en línea con su teléfono.

¿QUÉ HARÁ POL?
El proceso había sido particularmente fluido y las dos entrevistas habían sido más conversaciones que un reclutador preguntándole cosas, como le había pasado en sus procesos previos. Quizá el problema entonces, pensaba Pol, no eran las entrevistas, sino las empresas para las que aplicaba. Pese a que su siguiente llamada era también remota, pues el país donde vivía seguía en máximo riesgo por la pandemia del coronavirus, Pol decidió darse una ducha, afeitarse y vestir una camisa.
Esto de trabajar por cuenta propia era un goce, por aquello de poder manejar el tiempo a tu manera, pero también lo puede volver a uno descuidado en lo que se refiere a la ropa que llevas o cuánta barba te dejas. Pol hizo el esfuerzo de, por un día, cambiar sus pants y su barba de 10 días por el look que tendría si fuera a esta entrevista de forma presencial.
Cuando se desconectó de la llamada, Pol sentía una extraña mezcla de excitación y tranquilidad. Emoción por, quizá, iniciar una nueva andadura laboral en una industria en la que nunca había trabajado. Y, al mismo tiempo, tranquilidad, puesto que sentía que por fin había derrotado a ese demonio que le acompañó durante tanto tiempo después de lo vivido en los meses previos. “Lo malo no es no tener trabajo”, pensó, “sino vivir con tanto miedo e inseguridad”.
Horas más tarde llegó el correo al que se refería Nicole, invitándole a ser parte del equipo de Platzi. Ahora, aparte de la emoción y la tranquilidad, Pol sintió también… duda, porque (por primera vez en algún tiempo) tenía opciones. ¿Qué hace uno cuando tiene opciones delante? ¿Cómo elige? ¿Donde más dinero te paguen? ¿Donde más tiempo personal tengas para ti? ¿Donde nadie te supervise y seas tu propio jefe, o donde tengas un jefe que te supervisa para hacerte mejorar? Preguntas, preguntas.
En su cabeza aún resonaban una conversación con su novia semanas atrás, donde ella le había hecho ver que si las cosas le estaban yendo bien, y se sentía pleno y creativo, ¿por qué no atesorar ese sentimiento y explorarlo más, en vez de seguir aplicando (sin éxito) una y otra vez a distintos puestos laborales?
“- Te está pasando todo lo bueno que querías que te pasara hace meses, Pol. Pero te duele mucho el ego, y es lo que no te está dejando disfrutarlo, ni a mí contigo. Tienes que tomar una decisión y obrar en consecuencia. Si vas por libre, vas por libre, y olvídate de lo otro. Y si quieres regresar al mundo del empleado, hazlo deliberadamente, no estés con un pie en cada cosa.”
“¿Qué hago?”, se preguntó Pol.
“¿Qué hago?”, te pregunta Pol a ti, que estás leyendo esto… “¿me uno a esta compañía increíble o sigo mi propio camino?”
Sea lo que sea que escogiera, Pol sentía que ya había ganado, qué refrescante poder escoger desde las opciones que se había creado a sí mismo, y no sólo desde la necesidad, y se sentó a redactar el correo:
“Querida Nicole, muchas gracias por tu correo con esta oferta…”
¿Qué crees que le contestó Pol a Nicole?
¿Cuál es su trabajo perfecto? (puedes dejar tu respuesta en los comentarios 😃
LA REDENCIÓN DE CARLA
Durante varios minutos, Carla se quedó delante de su pantalla tras haber enviado aquel correo, refrescando la pantalla una y otra vez esperando una respuesta de su cliente (encolerizada, o altiva, o cualquier comportamiento de los muchos que Carla detestaba) que nunca llegó; “Los demonios de la mente me están jugando una mala pasada”.
Con un gran suspiro de alivio, Carla se puso manos a la obra y siguió con su jornada, incluido el mandarle un mensajito a Camilo, que iba camino a entregar los documentos del contrato renovado que Albriciae había obtenido con uno de sus mejores clientes.
“- ¿Ya lo entregaste?”
“- No, todavía no llego, me entretuve a hablar con un par de personas.”
“Este hombre… debería cobrar por horas de Pepito Grillo”, pensó Carla. “O quizá debería contratarlo para la compañía, hum…”, siguió divagando durante unos segundos mientras se dirigía a la cocina, cuando su teléfono sonó.
Carla se sobresaltó, pues ella era de esas personas que, al recibir una llamada (y más de un número desconocido), dejaba sonar y sonar hasta que la llamada se detuviese. Para ésta, sin embargo, decidió tomarse el tiempo, así que contestó:
“¿- Sí?”
“¿Hola? ¿Carla?
“- Sí, soy yo.”
“Hola, Carla. Te llamamos de la compañía Radar Mapping, para obtener referencias de un candidato que estamos considerando para una posición de UX/UI, Pol Martínez, ¿tendrías por favor 5 minutos?”
“Claro, charlemos.”
Cuando terminó la llamada, 5 minutos más tarde, Carla esbozó una sonrisa. Era la segunda llamada de la semana pidiendo referencias por Pol, después de la de aquella mujer con acento colombiano que trabajaba en Platzi, hace unos días. Después de tanta culpa, Carla decidió por fin borrar de la agenda de su teléfono el número de Pol, que había conservado durante todo este tiempo con la intención de poder ayudarle tras haberlo despedido.
Era evidente que aquello que tanto le dolió había sido lo mejor que podía hacer. Albriciae estaba en su mejor momento. Ahora sabía que Pol iba a estar mejor. Al voltear para regresar a su computadora, Carla se tropezó con su reflejo en el espejo del pequeño pasillo de su departamento. Una sonrisa le cruzaba la cara de oreja a oreja.
Todo. Estaba. Bien.
PLATZI TE AYUDA A PREPARARTE PARA EL MEJOR TRABAJO POSIBLE
Y para eso, esta semana continuamos con nuestro reto de este mes, prepararte lo mejor posible para el trabajo que quieres. En este post te explicamos TODA la dinámica de lo que requieres hacer estas semanas para desbloquear un badge increíble a final de mes 😃
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