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Photo-lettering: la historia no contada del diseño gráfico

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El ser humano siempre ha tenido la necesidad de expresar la palabra escrita con “formas” que normalmente conocemos como pictogramas, glifos, letras, entre otros. Con el tiempo, estos grupos de “formas” han sido pintadas, impresas, transferidas, proyectadas y digitalizadas por medio de tecnologías que van desde las artesanales hasta las digitales, con el único fin de optimizar la manera en la que nos comunicamos.

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Datos curiosos de las tipografías a lo largo de la historia

Hagamos un recorrido por una de las tecnologías tipográficas más interesantes que jamás haya existido. Después del Letraset (letras transferibles) y antes de los ordenadores existió un sistema de composición tipográfica llamado Photo-Lettering.

El photo-Lettering fue una casa tipográfica que revolucionó la manera de usar la tipografía. Anteriormente, los diseñadores gráficos solían usar las hojas de Letraset como recurso gráfico para componer rótulos que luego eran dispuestos en piezas publicitarias. No se necesitaba mayor técnica: con alguna destreza artística y ajustes de espaciado, cualquier persona podía usar el Letraset.

El Letraset, comparado con cualquier software de diseño actual, era un proceso rudimentario con muchas limitaciones, por ejemplo: los estilos tipográficos eran muy pocos, las letras no siempre quedaban legibles, el espaciado debía hacerse manual y no existía la opción deshacer. Todas estas falencias frenaban los procesos de producción de piezas de diseño. Si quieres conocer más sobre el oficio del diseñador gráfico de la década de los 60s, 70s y 80s hay un documental llamado Graphic Means que, por supuesto, no está en Netflix.

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“PLINC” (Photo Lettering Inc), como le llamaban sus clientes, fue fundado por Edward Rondthaler con el fin de ofrecer una mejor solución tipográfica a la industria de la publicidad y el diseño. Por medio de una técnica conocida como fotocomposición, que consistía en usar tiras grandes de películas negativas que se proyectaban en un pedazo de papel fotográfico y luego serían aplicadas en diferentes sustratos, PLINC, revolucionó la manera de usar la tipografía, aunque realmente no eran tipografías lo que vendían.

¿Cómo es vivir la experiencia de la tipografía en primera persona?

He tenido la oportunidad de adquirir un par de libros, y la experiencia de tenerlos en tus manos es increíble: es como viajar al pasado. Cada catálogo fue diagramado cuidando hasta el más mínimo detalle, desde los diferentes tipos de indexación para buscar un concepto tipográfico por categorías y estilos, hasta la disposición de los alfabetos por pesos y anchos. Era como hacer una búsqueda con google.

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Hay fuentes tipográficas reconocidas que aparecieron por primera vez en PLINC, así como también hay otras que fueron reinterpretadas para mejorar o empeorar las formas originales. Ahora solo podemos coleccionarlos y usarlos como referentes importantes para crear nuevas ideas de diseño o para conocer la parte de la historia del diseño gráfico que no se cuenta.

Aprende mucho más sobre cómo crear objetos únicos con la técnica de Serigrafía, y añade valor a tus productos.

Si quieres saber más sobre tipografías, dominar procesos de diseño y digitalización de fuentes, te invito a tomar el Curso de Tipografía de Platzi y a dar el primer paso para crear algo increíble.

Felipe
Felipe
EstudioCalderon

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