No es lo mismo ser jefe que líder, pero ¿por qué es relevante establecer una distinción precisa entre estos dos términos que a menudo se utilizan indistintamente en el mundo empresarial?
La importancia está en los efectos de estos roles en el rendimiento de los equipos.
Según datos de Gallup, los managers representan un 70% de las variaciones en el compromiso de los empleados. Si eres un líder o un jefe, el rendimiento de tu equipo será distinto.
Es por eso que aquí te contaremos las diferencias entre jefe y líder para que puedas moldear eficazmente tu orientación y ambiciones.
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Un o una líder es quien inspira, impulsa y realza la excelencia en su equipo. Su objetivo está sintonizado con el crecimiento y desarrollo personal y profesional de su gente, alineando los objetivos individuales con los corporativos.
Existen diversas cualidades que distinguen a un líder efectivo, estas incluyen:
“La innovación distingue a un líder de un seguidor” - Steve Jobs.
Es esencial recordar que los líderes genuinos inspiran a otros a desarrollarse, fomentando un clima de aprendizaje y evolución conjunta y así, más que seguidores, crean futuros líderes.
Ahora que hemos explorado las cualidades y comportamientos que definen a un líder, exploremos la figura del jefe y cómo se contrasta con la del líder.
A diferencia del líder, el jefe puede ser fácilmente percibido como quien tiene la autoridad y responsabilidad de tomar decisiones y supervisar a otras personas bajo estructuras y normas establecidas. Su función va acorde a cargos administrativos.
Las características dominantes de un jefe incluyen:
“La gente pregunta la diferencia entre un líder y un jefe. El líder lidera y el jefe dirige” - Theodore Roosevelt.
La diferenciación entre un líder y un jefe radica en cómo se relacionan con sus equipos.
El líder es guía, inspira y apoya a los demás hacia el éxito, alimentando un ambiente de colaboración y progreso.
Por otra parte, el jefe presiona e intenta demostrar su autoridad, priorizando el control y la obediencia.
Aquí explicamos algunas diferencias claves entre ser líder y jefe:
“Los líderes serán aquellos que impulsen a otros” - Bill Gates
A pesar de las diferencias entre ser jefe y líder, estos roles mantienen una serie de puntos de convergencia que tienden a ser pasados por alto:
Es vital comprender que un líder y un jefe no son polos opuestos en una escala, sino que más bien pueden ser vistos como diferentes puntos en un espectro de la dirección de equipos.
El liderazgo auténtico va un paso más allá del mero acto de dirección. Veamos cómo se puede fomentar esta transición de jefe a líder.
Para transformarse de jefe a líder, es necesario un cambio integral en cómo uno se enfoca en la gestión y dirección de un equipo.
Un buen líder involucra cultivar habilidades y actitudes particulares. Aquí hay algunas estrategias para impulsar el desarrollo del liderazgo:
Ser un líder y no un jefe es un proceso que no sucede de la noche a la mañana. Necesita esfuerzo y dedicación constantes, pero las ventajas de un liderazgo efectivo valen la pena, ya que un buen líder puede potenciar la moral, productividad y satisfacción del equipo, impulsando así a la organización hacia la consecución de sus objetivos.
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Un jefe puede ser líder, pero no siempre sucede. Un jefe deja de ser líder cuando se limita a dar órdenes sin cultivar relaciones de confianza con su equipo, cuando no incentiva ni establece compromiso, cuando carece de la habilidad para influir positivamente en su gente.
La clave para ser líder y no solo jefe radica en llevar a cabo una efectiva escucha activa, comprendiendo y motivando a las personas que conforman tu equipo.
Debes aprender a delegar, inspirar confianza y fomentar la participación y el compromiso. Aplica estos 7 consejos inspiradores para ser un buen líder y empieza a ejercer un liderazgo efectivo.
El desliz más recurrente en un líder es olvidar que su labor principal es inspirar y motivar a su equipo. En ocasiones, los líderes pueden enfocarse demasiado en los resultados y olvidar que su auténtico éxito reside en el crecimiento y desarrollo de su gente.
Lo más desafiante para un líder es mantener un equilibrio entre las metas corporativas y el bienestar y desarrollo de su equipo.
Es un auténtico reto permanecer coherente, justo y motivado ante problemas y presiones que puedan surgir.
Depende del contexto y las necesidades de una organización. Un jefe y un líder pueden desempeñar roles diferentes pero cruciales. Sin embargo, un buen líder puede generar un fuerte compromiso, motivación y satisfacción en su equipo, lo que se traduce en mayores niveles de productividad y eficiencia.
Un jefe sin habilidades de liderazgo puede crear un ambiente laboral tenso y desmotivado, limitando el crecimiento y desarrollo del equipo y de la organización.
A largo plazo, esto puede llevar a una alta tasa de rotación y una disminución en el rendimiento global del equipo. Con menos incentivos para colaborar o innovar, el equipo puede quedar estancado en procedimientos rígidos y estructuras burocráticas.
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La decisión de ser líder y no solo jefe es una elección consciente que requiere compromiso y dedicación. Entonces, ¿eres el jefe que emite órdenes o el líder que inspira a su equipo personal y profesionalmente?
Ser líder es un viaje continuo, y un buen punto de partida para ser líder es comprenderse a uno mismo como persona y luego como líder.
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Interesante el artículo aunque es algo debatible, ya que es imposible ser un buen líder sin ser un jefe, algo que no se está teniendo en cuenta en este artículo es el tipo de personalidad del equipo que se lidera, hay personas (me ha pasado) que proponen, demuestran interés en la labor que realizan, pero también existen integrantes de un equipo que toca estar dirigiendo constantemente para que logren realizar una labor.
No se trata de un adjetivo, lo importante es lograr sacar lo mejor de cada uno de los integrantes del equipo con el fin de alcanzar los objetivos propuestos.