Quiero que te hagas una pregunta muy importante.
¿Cuándo organizas tu tiempo o te enfrenta a una tarea, te enfocas en tener rápido el resultado, o disfrutas el proceso?
Hay que buscar donde está la motivación principal al momento de realizar una tarea. Debemos entender que cada actividad es un proceso que hay que disfrutar nuestro paso por cada una de las etapas. El diploma no es la meta, es solo la finalización de un proceso de aprendizaje. El papel no sirve de nada si no nos quedamos con los aprendizajes esperados de todo el curso.
¿Cómo obligarte a hacer algo que no quieres?
No siempre podemos disfrutar de todas nuestras tareas. A veces no queremos llenar informes o hacer reportes tediosos que sabes que nadie va a leer, pero que deben hacerse. Si no podemos delegar esta tarea y sufrimos cada que debemos ejecutarla, podemos recurrir a alguno de estos consejos.
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Divide y vencerás: Toda tarea puede ser dividida en pequeñas sub tareas. Aunque no las anotes tan cuál en tu agenda, si es posible que si te programas para hacer primero las subtareas que menos te desagraden.
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Simplifica el trabajo: Analiza como has estado haciendo las cosas y busca maneras de innovar, que sean más efectivas y más rápidas.
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Cambia tu forma de trabajar: Es posible que, después un tiempo haciendo una misma tarea, puedas encontrar mejores maneras de llevar a a cabo esos procesos.
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Pregunta: Es muy posible que no seas la única persona que tiene que hacer esta tarea. Platica con personas con un puesto o tareas similares y pídeles que te cuenten como logran organizarse. Tu mismo puedes darles algunos de tus trucos e ideas.
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Pide ayuda: Nunca tengas miedo de decir “esto me está sobrepasando”. Es muy válido acercarte a otras personas y pedirles que te orienten para tener mejores prácticas y enfoques.
Contribución creada con aportes de: Mayra López.
