La inteligencia emocional en el trabajo es de las habilidades más valoradas en las empresas por los grandes beneficios que representa para su cultura, sus colaboradores, su interacción y desempeño en situaciones laborales.
De acuerdo a la encuesta realizada por LHH a 500 managers, estos afirmaron que la inteligencia emocional es un elemento crucial al momento de:
En este artículo entenderemos qué estrategias pueden ser implementadas para desarrollar habilidades de inteligencia emocional.
La inteligencia emocional en el trabajo se refiere a nuestra capacidad de identificar, usar y gestionar nuestras emociones y las de los demás. El concepto de inteligencia emocional fue popularizado por el psicólogo Daniel Goleman en la década de 1990 y desde entonces se ha convertido en un tema importante en el ámbito de la psicología y el desarrollo personal.
La inteligencia emocional ha sido definida como una serie de habilidades entre las que se encuentran: el autoconocimiento, la autorregulación, la empatía, la motivación y las habilidades sociales.
La inteligencia emocional es importante en el entorno laboral porque:
Esto resulta imprescindible para evitar las altas tasas de rotación laboral. Según una encuesta de Zippia, el 63% de colaboradores afirma que renunciaría a su trabajo debido a un ambiente laboral negativo y un mal jefe.
En Platzi for Business, incentivamos a que líderes de recursos humanos, managers y colaboradores individuales tomen dentro de sus rutas de capacitación cursos como:
La inteligencia emocional no es algo con lo que nacemos, sino una habilidad que podemos desarrollar y fortalecer a lo largo del tiempo. Aquí tienes 5 puntos para desarrollar habilidades de inteligencia emocional aplicadas al entorno laboral.
Estos consejos serán útiles tanto si desempeñas un cargo de liderazgo o no. Por cierto, puede leer claves para mejorar el liderazgo en una empresa.
El autoconocimiento es fundamental para quienes esperan crecer en una carrera de liderazgo. Con autoconocimiento nos referimos a saber quiénes somos, qué nos motiva, cuáles son nuestras fortalezas y nuestras debilidades.
Aunque parece sencillo, el reto de conocernos a nosotros mismos implica que seamos humildes y nos veamos con todas nuestras capacidades y limitantes.
Estar en un constante reconocimiento personal requiere que podamos ver lo que nos gusta y lo que no nos gusta en nosotros mismos. Abrirnos a conocernos, sin juzgarnos (necesariamente) nos dará la oportunidad de entender quiénes somos y cómo nos comportamos en diversas situaciones.
Mantener una mente abierta nos da la posibilidad de generar ese autoconocimiento sin que esto signifique que vamos a juzgar o menospreciar quienes somos y qué tenemos para ofrecer.
Aunque en Latinoamérica no tenemos una educación formal en el reconocimiento y gestión de las emociones, es fundamental que logremos desarrollar nuestra literacidad emocional.
Para esto, podemos comenzar por identificar cómo nos sentimos en diversas situaciones. Usualmente, nuestro vocabulario emocional es limitado, por esto, te recomendamos que uses una rueda de las emociones para que comiences a identificar qué sientes, en dónde lo sientes y cómo se llama lo que experimentas.
Imagen de: Saprea.
Un ejercicio muy valioso es preguntar a tus amigos, familia y colegas cuáles son las cosas que ellos ven en ti que tú, tal vez, no puedes ver.
Es sorprendente cómo los demás ven cualidades que nosotros jamás imaginamos y nos muestran, a través de ejemplos, por qué nos perciben de una manera determinada.
Entender cómo nuestras acciones pueden afectar a otros nos pone en una posición de ventaja sobre cómo podemos reaccionar en diferentes situaciones. Pregunta a los demás cómo los hiciste sentir, si tus palabras fueron hirientes o si los hiciste sentir apreciados.
Escucha atentamente y trata de ser vulnerable con lo que los demás perciben de tus acciones.
En el trabajo, los líderes que muestran un amplio autoconocimiento crean lazos fuertes con sus equipos porque les demuestran que necesitan de ellos para lograr sus objetivos y son claros en cómo cada uno puede aportar al crecimiento de los demás.
Además de esto, tu equipo genera confianza en ti porque te perciben como una persona normal con cualidades y defectos, quien es consciente de cómo puede ayudar y qué debe aprender de los demás.
Las habilidades sociales son una serie de habilidades que nos permiten comunicarnos e interactuar con otras personas. Su valor en el trabajo es fundamental por las constantes interacciones en las que nos vemos envueltos y el alto nivel de inversión emocional que tenemos los empleados de hoy.
Tener habilidades sociales fuertes puede ayudarnos a desarrollar mejores relaciones personales y laborales.
Cuando mantenemos interacciones con otros, una de las fallas más prominentes que tenemos es la de no escuchar lo que nos dice nuestro interlocutor.
Si queremos cultivar mejores relaciones sociales es importante escuchar a la otra persona, esperar hasta que termine de expresar sus ideas, hacer preguntas para confirmar si entendimos y repetir de manera que podamos asegurarnos de que entendimos correctamente.
Desarrollar la empatía requiere un gran esfuerzo por considerar cómo los demás se sienten en una situación particular. Para comprender estas emociones no tenemos más opción que tratar de leer a las personas, preguntarles cómo se sienten, escuchar qué les produjo la situación y preguntarnos cómo reaccionaríamos si estuviéramos en sus zapatos.
Aunque este artículo se enfoca en desarrollo de inteligencia emocional para el trabajo, lo cierto es que una de las habilidades que todos necesitamos es la identificar las relaciones que son importantes o beneficiosas para nosotros. Estas relaciones pueden ser con familia, amigos, colegas, etc.
Siempre que identifiquemos una relación importante para nosotros, es necesario que definamos cómo vamos a invertir en ella. Algunas opciones que tenemos es pasando tiempo con esa persona, escuchando lo que tiene para decir, apoyando en los momentos en los que nos necesitan.
Conoce qué es el desarrollo profesional: guía clave para lograrlo.
El desarrollo de habilidades sociales tiene grandes y muy poderosos impactos en
nuestro crecimiento profesional:
La autorregulación se refiere a la capacidad que tenemos de monitorear y gestionar nuestros niveles de energía, pensamientos, emociones y comportamientos de una manera que es aceptable y produce buenas relaciones sociales, aprendizaje y bienestar.
Esta parte de la inteligencia emocional puede ser una de las más complejas de desarrollar. Y es que requiere de grandes esfuerzos personales por comprender situaciones, reacciones y estrategias para mejorar en la gestión de nuestros comportamientos. Sin embargo, aquí hay algunas recomendaciones que nos pueden ayudar a mejorar nuestra capacidad de autorregulación.
Algunas veces no sabemos cómo reaccionar y tendemos a ser violentos con nuestro interlocutor. Sin embargo, muchas de esas situaciones se pueden evitar con tomar un momento antes de responder a la persona con quien estamos interactuando.
Explicar a la persona que nos escucha que estamos pensando y que necesitamos un momento, nos puede ayudar a pensar y estructurar mejor cómo queremos actuar en una situación dada.
Si bien muchas veces no tenemos la capacidad de controlar nuestras reacciones en el momento de la situación, sí podemos revisitar nuestros comportamientos después experimentarlos.
Evalúa cómo te comportaste en una situación particular e identifica qué reacciones
fueron positivas y cuáles necesitas mejorar.
Aunque no tengamos la capacidad de reaccionar de la manera que esperamos en el momento indicado, siempre podemos hablar con las personas y explicar cuál era nuestro objetivo y cómo fallamos o cómo logramos comunicarlo.
La autorregulación es una herramienta que nos permite establecer mejores canales de comunicación y relaciones con nuestros colaboradores. Además, nos ayuda a expresar nuestros pensamientos y necesidades de maneras más claras y con objetivos específicos.
La autorregulación permite que nos enfrentemos a situaciones de estrés de una forma más inteligente, evitando que nos afecte seriamente lo que pueda ocurrir en un escenario determinado.
La empatía es la capacidad que tenemos de ponernos en los zapatos de los demás y así entender cómo perciben ellos una situación o evento específico. De acuerdo a un estudio reseñado por Forbes, 76% de personas que experimentaron empatía por parte de sus líderes declararon estar comprometidas en sus labores, frente a sólo el 32% que experimentaron menos empatía.
La empatía es una parte fundamental de las interacciones sociales tanto en contextos personales como laborales. Nos ayuda a tener mejor manejo de situaciones de estrés laboral y a conciliar perspectivas dentro de las organizaciones.
Una de las herramientas más simples que tenemos en la construcción de empatía es la de las preguntas. Muchas veces, saltamos a conclusiones a partir de la poca información con la que contamos y eso hace que generemos versiones de las situaciones que no son del todo correctas.
En la interacción con otros haz preguntas para entender cómo una situación afecta a otros. Entiende qué sienten, por qué lo sienten y cómo los afecta. Esto ayudará a tener conversaciones más valiosas y claras.
Como seres humanos todos tenemos sesgos, es normal y natural, especialmente cuando nuestro cerebro está programado para identificar tendencias. Es un gran reto el identificar qué sesgos pueden afectar nuestra comprensión de la perspectiva del otro.
Abre tu mente a la posibilidad de mantener sesgos que pueden nublar tu capacidad de entender a quienes te rodean.
Las conversaciones difíciles nos hacen poner en una posición de vulnerabilidad. Es importante que esas conversaciones se den dentro de ambientes que sean seguros y que nos permitan expresar nuestros sentimientos de manera controlada.
Esta posición de vulnerabilidad nos abre la puerta para entender cómo nuestro interlocutor vivió una experiencia y cómo, desde su perspectiva, afectó su forma de ver el mundo.
Cada vez más el feedback cobra un papel importante en nuestras relaciones laborales. Es una herramienta que nos da la oportunidad de mejorar y de comprender qué errores cometimos.
Estar abiertos al feedback nos proporciona acceso a un canal de comunicación en el que nuestro interlocutor puede expresarse con tranquilidad.
En los ambientes laborales la empatía nos ayuda a construir mejores relaciones sociales y nos ayuda a expresar mejores respuestas en momentos clave de nuestra interacción social.
Del lado del liderazgo, es una habilidad fundamental para generar una buena respuesta en nuestros colaboradores. Hacia nuestros stakeholders es una ventana para demostrar cómo somos sensibles a sus necesidades y la importancia que cobran para nosotros.
Aunque existen los dos tipos de motivación: intrínseca y extrínseca, la que realmente nos ayuda a mantener un equilibrio en nuestra inteligencia emocional es la motivación intrínseca, ya que esta nos da una razón más profunda para alcanzar nuestros objetivos.
Las decisiones que has tomado han estado influenciadas por un sin número de motivadores. Evalúa tus decisiones y las razones por las que las tomaste en su momento. Identifica el tipo de motivador que te llevó hasta allí y determina si esa decisión fue provechosa y beneficiosa para ti.
Si encuentras que esa decisión te llevó al camino incorrecto, siempre puedes volver a empezar.
Cada vez más la necesidad de hacer algo que nos apasiona es más latente. Idealmente el trabajo debe ser un espacio en donde desarrollar nuestro yo personal y profesional. Por eso, es fundamental que encontremos lo que nos genera emoción en el trabajo que realizamos.
Cada vez que alcances algo de lo que te sientas orgulloso u orgullosa, trata de identificar qué es lo que te hace sentir de esa manera. A partir de ahí genera listas sobre los resultados que generaron esas emociones en ti y trata de determinar si existe un patrón en tu comportamiento.
Idealmente, debes enfocarte en eso que te hace sentir la situación por encima de los factores que pueden afectar tu motivación extrínseca, como el dinero y el reconocimiento.
Tener una motivación intrínseca clara te permite tener un propósito que va más allá del dinero y el reconocimiento. Puede ser el solucionar un problema para una comunidad en específico, o aprender de nuestra experiencia.
Esta motivación es algo que podemos compartir con nuestros colaboradores y que da sentido a la forma y la razón por la que hacemos las cosas en el día a día.
Fomentar relaciones laborales saludables y promover un ambiente de trabajo positivo puede iniciarse a partir de creación de planes de capacitación laboral. Estos pueden enfocarse en desarrollar habilidades blandas que necesitan los equipos de trabajo para facilitar la colaboración y la comunicación efectiva.
En Platzi for Business podrás encontrar distintas rutas de aprendizaje para elevar el talento de tus equipos.
Este artículo debe ser impreso y pegado en todas las carteleras de los ambientes laborales o para ser mas amigable con el medio ambiente enviado por correo a todos los que debemos relacionarnos personal y laboralmente! Guardado para leerlo cada vez que lo necesite
To develop emotional intelligence at work:
Be aware of your emotions.
Control your reactions.
Understand others’ emotions.
Improve communication skills.
Foster a positive work environment.
Keep learning and growing.